Alina Tufani Díaz – Ciudad del Vaticano
“Salir de uno mismo para anunciar con la vida el amor gratuito y salvífico de Dios por nosotros, llamados todos a ser hermanos”, es el testimonio que el Papa pide a los miembros de las Obras Misionales Pontificias (OMP) que desde, este lunes 16 y hasta el 23 de mayo, están reunidos en la ciudad francesa de Lyon, para una Asamblea general que tendrá en su centro la beatificación de Pauline Jaricot, fundadora de una de las cuatro obras misionales, la obra de la «Propagación de la Fe».
En su mensaje, a los participantes al encuentro, al que asisten unos 120 Directores Nacionales de la OMP en el mundo, Francisco recuerda todos los aniversarios que se enmarcan en la celebración del 400 años de la Congregación De Propaganda Fide, a la que las Obras Misionales están estrechamente vinculadas y que celebran su bicentenario en la ciudad que las vio nacer por el espíritu, entre otros, de Paulina Jaricot, así como el centenario de su elevación, junto con la Obra de la Santa Infancia y la Obra de San Pedro Apóstol, al rango de «Pontificia» el 3 de mayo de 1922, con el Motu Proprio del Papa Pío XI.
Desde la Curia un impulso evangelizador
Esta serie de aniversarios, como afirma el Santo Padre, constatan la voluntad de apoyar y coordinar la difusión del Evangelio en tierras hasta ahora desconocidas, en un “impulso evangelizador” que “nunca se ha desvanecido en la Iglesia y sigue siendo su dinamismo fundamental”
“Por eso he querido que también en la renovada Curia romana el Dicasterio de la Evangelización asuma un papel especial para favorecer la conversión misionera de la Iglesia (Praedicate Evangelium, 2-3), que no es proselitismo, sino testimonio”- escribe el Pontífice. Vale destacar que en la Nueva Constitución Apostólica, dicho dicasterio tendrá a la cabeza como prefecto el mismo Sumo Pontífice.
Todo bautizado es una misión
En Lyon, su ciudad natal, Pauline Jaricot, quien hace 200 años, con apenas 23 años, “tuvo el valor de fundar una Obra para apoyar la actividad misionera de la Iglesia y de poner “en marcha el ‘Rosario Viviente’, una organización dedicada a la oración y al reparto de ofrendas, será beatificada el próximo domingo, 22 de mayo.
“De familia acomodada, murió en la pobreza: con su beatificación, la Iglesia atestigua que supo acumular tesoros en el cielo (cf. Mt 6,19), tesoros que nacen de la valentía del dar y revelan el secreto de la vida: sólo dando se posee, sólo perdiendo se encuentra (cf. Mc 8,35)”, enfatiza Francisco en su mensaje. Y recuerda que a Pauline Jaricot le gustaba decir “que la Iglesia es misionera por naturaleza y que, por tanto, todo bautizado tiene una misión; es más, es una misión”.
De allí, las palabras del Pontífice que reiteran que ayudar a vivir esta conciencia de ser como bautizados una misión es el principal servicio de las Obras Misionales Pontificias, un servicio que realizan con el Papa y en nombre del Papa. “Este vínculo de la OMP con el ministerio petrino – subraya el Santo Padre – establecido hace cien años, se traduce en un servicio concreto a los Obispos, a las Iglesias particulares, a todo el Pueblo de Dios”.
La conversión misionera
A la Asamblea general de la OMP, Francisco sugiere tres principios, comenzando por la conversión misionera. En este sentido, refiere que “Pauline Jaricot vio su existencia como una respuesta a la compasiva y tierna misericordia de Dios”, desde su juventud, incluso “a través de los sufrimientos que padeció, para encender la llama de su amor en cada hombre”. «Ahí está la fuente de la misión – afirma el Pontífice – en el ardor de una fe que no se satisface y que, por la conversión, se convierte en imitación día a día, para canalizar la misericordia de Dios por los caminos del mundo”.
“La bondad de la misión depende de la salida de uno mismo, del deseo de no centrar la vida en uno mismo, sino en Jesús, en Jesús que vino a servir y no a ser servido”, apunta el Papa.
La oración es la primera forma de misión
Para el Sucesor de Pedro esa conversión misionera de entrega y servicio solo es posible a través de la oración “que es la primera forma de misión”: “No es casualidad que Pauline haya colocado la Obra de la Propagación de la Fe junto al Rosario Viviente, como para reiterar que la misión comienza con la oración y no puede realizarse sin ella”.
“Sí, porque es el Espíritu del Señor el que precede y capacita todas nuestras buenas obras: la primacía es siempre de su gracia. De lo contrario, la misión se convertiría en una carrera en vano”, enfatizó el Papa.
La caridad concreta
El tercer aspecto señalado por Francisco es el de la “concreción de la caridad”, algo que junto a la oración, Pauline Jaricot puso en acto con la colecta de ofrendas “a gran escala de forma creativa, acompañándola de información sobre la vida y las actividades de los misioneros”.
Francisco concluye su mensaje a la Asamblea General de las OMP con un llamado a que caminen tras las huellas de la gran mujer misionera, dejándose inspirar por su fe concreta, su valor audaz, su creatividad generosa.
Lyon testimonio misionero
En la apertura de la Asamblea General se escucharon las palabras introductorias de monseñor Giampietro Dal Toso, presidente de las Obras Misionales Pontificias, quien presidió la misa de apertura en latín, y donde tuvo lugar la lectura del mensaje del Papa Francisco. Las sesiones plenarias, donde intervendrán directivos y delegados de diversos países estarán alternadas con encuentros continentales y celebraciones eucarísticas. El domingo 22, el cardenal Luis Antonio Tagle presidirá la misa de beatificación de Pauline Jaricot, y el lunes 23, conclusión de los trabajos, tendrá lugar la Santa Misa de Acción de Gracias por la Beatificación de la Beata Paulina Jaricot presidida por Mons. Edwin Mulandu, Obispo de la Diócesis de Mpika (Zambia) y Director Nacional de las OMP del país.