El Papa Francisco concluyó el 34º viaje internacional de su pontificado que lo llevó a Budapest (capital de Hungría) para la clausura del 52º Congreso Eucarístico Internacional y a Eslovaquia.
Un viaje lleno de momentos de fraternidad y de cercanía entre el Sucesor de Pedro y ambos pueblos que lo recibieron con los brazos abiertos.
El avión que trajo al Papa de regreso a Roma aterrizó en el aeropuerto de Fimucino a las 15.21 (hora local), tras un breve vuelo que partió desde el aeropuerto de Bratislava.
La última cita del Pontífice en tierras eslovacas fue la celebración de la Santa Misa en el santuario de Šaštín, este 15 de septiembre, solemnidad de la Bienaventurada Virgen María de los Dolores, Patrona de Eslovaquia.
Tal como informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede, durante el trayecto aéreo el Santo Padre envió varios telegramas agradeciendo a los presidentes de los países anfitriones, así como a los presidentes de Croacia, Bosnia y Herzegovina e Italia, países que sobrevoló durante su viaje en avión.
Asimismo, se informa que después de haber aterrizado en suelo italiano, el Papa se dirigió, como es habitual tras cada viaje que realiza, a la Basílica romana de Santa María la Mayor, para rezar delante de la imagen de la Salus Populi Romani y finalmente regresar al Vaticano.
Cabe destacar que el Pontífice concluyó su viaje apostólico, celebrando esta mañana una misa en el Santuario Nacional de Šaštín, en la Solemnidad de la Bienaventurada Virgen María de los Dolores, Patrona de Eslovaquia.
Tras la celebración eucarística, Francisco se desplazó al aeropuerto de Bratislava, donde fue recibido por la presidenta de la República, Zuzana Čaputová. Después de un encuentro privado de unos minutos con la Jefa de Estado eslovaco, la Guardia de Honor y los saludos de las delegaciones, el Papa subió al avión.