En la peregrinación ecuménica de paz realizada por el Papa Francisco, pidió a las autoridades cesar la violencia En Sudán del Sur y de esta manera comenzar un proceso pacífico para la población.
Las generaciones futuras honrarán o borrarán la memoria de sus nombres en base a cuanto ustedes hagan ahora. El curso de la historia, les dijo, dejará atrás a los enemigos de la paz y dará renombre a quienes trabajaron por la paz” dijo.
En el palacio presidencial, el Papa recordó su objetivo: viene como peregrino de reconciliación, con el sueño dijo, de “acompañarlos en su camino de paz, un camino tortuoso, pero que ya no puede ser postergado”.
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Un camino que está recorriendo en compañía, porque en la paz, como en la vida, dijo, se camina juntos. Ha llegado con dos “hermanos”, el Arzobispo de Canterbury y el Moderador de la Asamblea general de la Iglesia de Escocia.
“Juntos, tendiéndoles la mano, nos presentamos a ustedes y a este pueblo en el nombre de Jesucristo, Príncipe de la paz”.
Son años de guerras y conflictos que parecen no tener fin, incluso recientemente se han verificado violentos enfrentamientos, mientras que los procesos de reconciliación y las promesas de paz permanecen incumplidas. Que este sufrimiento extenuante no sea en vano, remarcó el Papa; que la paciencia y los sacrificios del pueblo sursudanés, de esta gente joven, humilde y valiente, interpelen a todos y, que como semillas que en la tierra dan vida a la planta, vean nacer brotes de paz que den fruto.
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Tras recorrer el panorama geográfico del país, especificando, que, en Sudán del Sur, abundan los frutos y la vegetación gracias al gran río, el Nilo, Francisco insistió que el país es una “tierra de gran abundancia”. Por siglos, dijo, los exploradores se han adentrado en el territorio para remontar el Nilo Blanco en búsqueda de las fuentes del río más largo del mundo. Así también el Papa quiso comenzar su itinerario partiendo de la búsqueda de las fuentes de nuestra convivencia, señaló.
“Porque esta tierra, que abunda de muchos bienes en el subsuelo, pero, sobre todo, en los corazones y en las mentes de sus habitantes, necesita volver a apagar su sed en fuentes frescas y vitales”.
Con información de Vaticans News