Si por motivos de salud fuese, los conocedores del Papa, han hecho un inventario de sentidos problemas de salud que lo estarían conduciendo a tomar una decisión histórica. Él tendrá la última palabra
Aunque las especulaciones crecen, nadie conoce en estos momentos por dónde van los pensamientos del Papa Francisco. Lo que ocurrirá a partir de los días 29 y 30 de agosto de 2022, cuando está previsto un Consistorio de Cardenales, solo él y Dios lo conocen.
Sin embargo, las especulaciones, el escrutinio y las apuestas de algunos sectores que distan del Santo Padre, buscan afianzar una línea de pensamiento hacia el deseo de que renuncie. Si se diera esa posibilidad, aquellos sectores serían muy felices.
Por tanto, dejar la pregunta abierta es lo más sensato y aconsejable en este instante, sin abandonar el análisis sobre algunas pistas de la realidad que pudieran hablar de lo que se avecina para la iglesia. Estas son algunas realidades, y que cada cual tome su posición.
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La “caprichosa salud” del Papa Francisco
Para nadie es un secreto que la salud del papa Francisco no está en su mejor momento. Con 85 años, sus dolencias se han hecho irreversibles a pesar del vivo entusiasmo con que alienta a los católicos desde que tomó posesión, el 7 de abril de 2013.
Son exactamente nueve años de intensas actividades, sobrellevando problemas crónicos en su cadera por motivo de los pies planos que nunca se operó, así como en la columna vertebral. Son tan frecuentes los dolores de rodilla y de cadera que lo hacen cojear.
En una entrevista recogida en el libro “La salud de los Papas” (2021), Francisco le dijo al periodista y médico argentino Nelson Castro: “Tengo una estrechez del espacio intervertebral entre la cuarta y la quinta vértebra lumbar, y entre esta y el sacro”.
De igual manera, en julio del año 2021, fue sometido a una operación de colon -una estenosis diverticular sintomática- que lo mantuvo alejado de sus actividades públicas durante diez días, y que hizo saltar las preocupaciones en el mundo católico.
El domingo 3 de abril de 2022, a su regreso de la visita que hizo a Malta, el papa Francisco soltó de manera jocosa una frase sobre su salud. “Es caprichosa”. Los periodistas le preguntaron sobre los problemas en la rodilla que no le permitieron caminar y permanecer mucho tiempo de pie. Para subir o bajar del avión lo hizo en un ascensor.
Todo esto conlleva a que el Vaticano cancelara el viaje del Papa a Líbano previsto para el mes de junio. El 28 de abril se disculpó “porque esta rodilla no termina de sanar y no puedo estar de pie tanto tiempo”. Y el 4 de mayo, fue visto por primera vez en silla de ruedas durante un acto público. Solo se pudo levantar sostenido por dos asistentes.
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Los nuevos Cardenal y el Consistorio de Agosto
Por si esto fuera poco, los rumores crecieron en días recientes, luego que el domingo 29 de mayo, el mismo Francisco anunciara la creación de 21 nuevos cardenales, de los que 16 podrían participar en un posible Cónclave donde se elegiría a un nuevo Papa.
Con tales nombramientos, el Colegio de Cardenales llegará a 132 purpurados que tendrán la capacidad de elegir y ser elegidos. Es decir, ellos decidirán el futuro de la Iglesia; pero esto ocurrirá, solo después que se conozcan y definan el perfil del sustituto de Francisco.
Aunque esto dista mucho de señalar alegremente que la renuncia de Francisco es un hecho, como se discuten en algunos pasillos curiales y en las salas de redacción de los medios poco allegados al Santo Padre, la única verdad estará en boca del Obispo de Roma.
Por otra parte, fuentes vinculadas al Vaticano indican que el Papa no tiene la intención de renunciar por motivos de salud, al menos hasta esta fecha., Lo que sí es cierto es la finalización de los viajes largos, y las largas jornadas de trabajo junto a sus colaboradores.
También es seguro que estará sometido a terapia permanente y bajo estricta observación médica, dada la manifiesta reducción de su movilidad. Pero eso no es el fin de un hombre.
Caracas, 8 de junio de 2022
Ramón Antonio Pérez // Diario Católico