Armas en silencio desde la medianoche del 27 de julio. Esta es la noticia que ha alegrado a Francisco y le ha llevado a dedicar palabras en el post Ángelus en la Plaza de San Pedro por la estabilidad del Donbás, donde más de 13 mil personas han muerto desde el estallido, hace seis años, de las hostilidades entre Kiev y las milicias de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Luhansk que apoyan la independencia del Donbass.
Hace dos días, el Grupo de Contacto Trilateral en Minsk, en el que participaron los representantes de Ucrania, Rusia y la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OSCE), anunció el cese de la acción militar. Refiriéndose al acuerdo alcanzado por este grupo de negociadores, el Papa afirmó:
He sabido que un nuevo alto el fuego relativo a la zona de Donbás fue decidido recientemente en Minsk por los miembros del Grupo de Contacto Trilateral. Al tiempo que les agradezco esta señal de buena voluntad dirigida a devolver la tan deseada paz a esa atormentada región, rezo para que lo que se ha acordado se ponga finalmente en práctica, incluso mediante un proceso efectivo de desarme y desminado. Sólo así se podrá reconstruir la confianza y sentar las bases de la reconciliación tan necesaria y tan esperada por el pueblo.
Al anunciar el acuerdo en un informe, la Presidencia ucraniana dio las gracias a sus asociados internacionales, en particular a Francia y Alemania. El cese del fuego debería allanar el camino para una nueva reunión de negociación para una solución definitiva a la crisis.