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¡Hacia una cultura del encuentro!

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Recientemente el Santo Padre Francisco ha invitado a la Iglesia a vivir la cultura del
encuentro, para superar los flagelos que someten a la humanidad y así construir un mundo más cristiano, más humano y más fraterno.

Sin embargo, ¿qué es la cultura del encuentro? , ¿Cómo se puede vivir?.


La cultura del encuentro es una expresión de los deseos de paz y fraternidad que Jesús
dejó a la humanidad. Hablar de cultura, es hablar de una serie de conjuntos y modos de
vida, costumbres en un determinado tiempo. No obstante, no se requiere mucha
explicación hermenéutica para la expresión elaborada por el Santo Padre.

Esta cultura es un redescubrimiento del diálogo que puede edificar el Reino de Dios en el mundo. Se trata de una muestra del mandamiento evangélico de Amar al prójimo como a sí mismo (cfr. Mc 12, 29-31). Este modo de vida cultural, se plantea desde una visión teologal inspirada en la cercanía, la sencillez y la escucha.

En un discurso dirigido a los participantes del encuentro internacional por la paz, organizado por la comunidad San Egidio el 30 de septiembre de 2013, el Santo Padre Francisco hizo una invitación frente a este desafío recordando que: “Cada uno de nosotros está llamado a ser un artesano de la paz, uniendo y no dividiendo, extinguiendo el odio y no conservándolo, abriendo las sendas del dialogo y no levantando nuevos muros. Dialogar, encontrarnos para instaurar en el mundo la cultura del dialogo, la cultura del encuentro.”


El mundo actual vive momentos críticos, donde se nos hace urgente instaurar una cultura que promueva el encuentro desde los valores del Evangelio. Es necesario edificar el Reino de Dios, en cada uno de los ambientes donde hace vida un cristiano, pero para esto es necesario inicialmente un encuentro con Jesús. Seguidamente podremos encontrarnos con nosotros mismos y así con los demás. Los problemas del mundo actual, como la migración, la persecución religiosa y el secularismo urgen de respuestas basadas en la comprensión, la solidaridad y la acción. ¡Basta de admirar! Es necesario salir al encuentro de los necesitados, de los migrantes y de los pobres, desde el Evangelio, para evitar a toda costa una campaña de asistencialismo.

En efecto, podemos vivir esta cultura siendo sujetos activos de la evangelización, tomando parte en los problemas sociales y aportando soluciones eficaces. El encuentro con los otros, incluso con aquellos que piensan diferente es una oportunidad para ejercer esta cultura que debe llevarnos a enriquecer nuestra visión del mundo.

Paises hermanados, como una sóla nación.


La cultura del encuentro en el proceso sinodal


La Iglesia vive un proceso sinodal basado en la vivencia de tres acciones importantes:
encontrar, escuchar y discernir. Dichas acciones nos llevan a compartir la experiencia de
comunión, participación y misión para enriquecer el camino que traza la Iglesia en los
tiempos actuales. Es maravilloso descubrir como el encuentro ha forjado una
característica primordial de este evento sinodal. Se trata de escuchar la opinión del otro
para enriquecer nuestra propia opinión de cara a los nuevos desafíos. Es un error pretender
visualizar el proceso sinodal como un encuentro democrático de opiniones, ya que la
Iglesia no se lleva adelante desde esquemas o formas de gobierno meramente humanas.
La Iglesia es la comunidad de fieles que reunida en torno a la enseñanza de Jesús,
peregrina hacia la Jerusalén celestial. De tal modo que la cultura del encuentro en el
proceso sinodal, es vivida desde la realidad y el rol de cada bautizado.


Estamos llamados a ser artífices de la paz y del diálogo, desde el encuentro con los demás, para construir juntos el Reino de Dios. La misión para encontrarnos inicia en la búsqueda de Jesús, quien es el Camino la Verdad y la Vida (cfr. Jn 14, 1-12) solo desde ese encuentro con Él podremos generar un impacto que nos lleve a transformar la sociedad.


Hoy nuestra Iglesia Local vive acontecimientos de gracia que nos permiten ser agentes
de la cultura del encuentro, la misión Ad gentes en el Vicariato Apostólico del Caroní, es
un ejemplo de ese encuentro con una forma maravillosa de ser Iglesia; la celebración del
centenario es una oportunidad para manifestar el encuentro de una comunidad de fe que
visualiza el horizonte con esperanza y que se siente dichosa de una herencia histórica
recibida. Así como estos, nuestras comunidades parroquiales llenas de la fe y del amor
de Dios.


¡Es hora de encontrarnos para compartir la buena nueva del Evangelio y tomar parte en
la evangelización! ¡Es nuestra tarea continuar la edificación del Reino de Dios en el
mundo!


Leonardo Vivas

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