30.4 C
Venezuela
sábado, septiembre 7, 2024
HomeIglesia“La eucaristía hace la Iglesia”

“La eucaristía hace la Iglesia”

Date:

NOTAS RELACIONADAS

Parroquia San Juan XXIII de Pueblo Hondo recibió a su nuevo párroco

La ceremonia de toma de posesión fue presidida por Monseñor Juan Alberto Ayala Ramírez, Obispo Auxiliar de la Diócesis San Cristóbal, quien estuvo acompañado por varios sacerdotes del clero, seminaristas y numerosos fieles de la comunidad

San Gregorio Magno: «No te preocupes por lo que tienes, sino por lo que eres»

“Gregorio comienza su formación cultural. No sobresale en la literatura, pero sí en los estudios jurídicos, donde encuentra una magnífica preparación para sus futuras actividades

Se apagó la voz icónica del Santuario Perpetuo Socorro 

Su palabra llena de energía, junto a una voz suave y armoniosa, les dieron a muchas generaciones de san cristobalenses bellas jornadas de animación litúrgica

Acción de los obispos en 100 años del Seminario Santo Tomás de Aquino (I parte )

Una vez creada la Diócesis de San Cristóbal, junto a las Diócesis de Coro, Cumaná y Valencia, mediante la Constitución Apostólica “Ad Munus”, fue colocado al frente en calidad de Obispo y pastor el joven Sacerdote Tomás Antonio Sanmiguel Díaz, quien era párroco de la Iglesia San Juan de la Ciudad de Caracas

Fiesta Patronal en parroquia Santa Rosalía de Palermo en Borotá

El pasado cuatro de septiembre, Monseñor Juan Alberto Ayala,...
spot_imgspot_img

A nuestros hermanos Presbíteros, Diáconos, Miembros del Pueblo de Dios y Personas de Buena Voluntad, “Permanezcan con Ustedes la gracia y la Paz” (1 Tes 1,1). 1.- Con el pasar del tiempo, vamos comprobando la manifestación de la misericordia de Dios en medio de nosotros. También percibimos la respuesta de la humanidad y de los creyentes para fortalecer la comunión que caracteriza la relación de todos con el Señor Dios de la vida.

En esta perspectiva de Fe, nos disponemos a conmemorar un hecho de muy especial relevancia para todos nosotros en nuestra querida patria: los 125 años de la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento del Altar.2.- Por feliz iniciativa del, entonces Presbítero JUAN BAUTISTA CASTRO (posteriormente Arzobispo de Caracas), se presentó a los Obispos de Venezuela la iniciativa de consagrar Venezuela al Santísimo Sacramento del Altar. Estos la acogieron con decisión y convicción; así el 2 de julio de 1899 Mons. Críspulo Uzcátegui, Arzobispo de Caracas, pronunciaba pública y solemnemente, en nombre de todos los católicos de Venezuela, el Acto de Consagración al Sacramento de la Eucaristía.

 Una de las finalidades era buscar el alivio del sufrimiento que sentían los ciudadanos venezolanos en aquella época. Además de pedir la fortaleza de parte del Señor Sacramentado, siempre presente en medio de su Iglesia, se pretendía promover la unión y la armonía de todos los venezolanos, tan necesaria en esos momentos.

Lea también: Trasladado el Santo Cristo de La Grita al altar mayor de la Basílica Espíritu Santo

La Eucaristía, signo y vínculo de caridad, era y sigue siendo el signo sacramental del encuentro de Dios con los hombres y el centro de la existencia de los creyentes y de la Iglesia. 3.- Al conmemorar los 125 años de ese Acto, que se ha ido renovando año tras año, tenemos la oportunidad de convocarnos todos, sin excepción, para reafirmar junto con nuestra Fe en la presencia real del Señor sacramentado, el compromiso de amor que conlleva la unión de todos con solidaridad, reconciliación y superación de todo aquello que nos pueda dividir.

En medio de la crisis que atraviesa nuestro país, los 125 años de la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento constituyen una hermosa ocasión para ratificar que la Presencia de Cristo en la Eucaristía y en su Palabra nos permiten hacer posible la misión de la Iglesia y continuar nuestro trabajo por edificar el Reino de Dios.

 “Nil hoc verbo Veritatis verius”, “nada es más verdadero que esta palabra de verdad” nos recuerda Santo Tomás de Aquino en su Himno a la Santísima Eucaristía. En esta oportunidad se nos permitirá ver con ojos de Fe lo que el Señor quiere para todos nosotros: ser capaces de poner en práctica la caridad fraterna (cf. Jn 13,35) en el encuentro incluyente de todos con el objetivo de sentirnos hermanos, hijos de un mismo Padre, gracias a la acción pascual de Jesucristo el Señor.

Le puede interesar: San Benito de Abad: “El primer grado de la humildad es la obediencia sin demora”

 4.- Prefigurada en el Antiguo Testamento (con el maná, pan bajado del cielo) y anunciada por el mismo Cristo (en la multiplicación de los panes, el milagro de Caná, el discurso del Pan de vida), la Eucaristía nace como fruto primerísimo de la nueva alianza sellada por la sangre de Cristo en la entrega también de su cuerpo en sacrificio por la salvación de la humanidad. Durante la Última Cena, el Maestro nos entregó como mandato el hacer memoria de su entrega pascual y, al instituir el sacerdocio nuevo, concedió a la Iglesia el poder hacer presente en la Eucaristía la realidad de su Cuerpo y de su Sangre como signos de salvación.

A partir de ese momento, con la fuerza que daría la Resurrección y la acción del Espíritu el día de Pentecostés, la Iglesia comenzó a “hacer la Eucaristía”: con ella, no sólo alimentaba a los discípulos del Señor, sino que hacía realmente presente su Persona y la acción pascual que libera a la humanidad de todo aquello que pueda dividirla y separarla de Dios y, a la vez, de sus hermanos. 5.- San Pablo, fiel a la tradición que había recibido (cf. 1Cor 10- 11), nos recuerda que la Eucaristía es sacramento de comunión. Una comunión que apunta a la intimidad con el Señor; pero que, a la vez, conlleva irrenunciablemente la comunión entre los hermanos.

Por eso, cuando no se celebra ni se recibe el alimento eucarístico en comunión con Dios y con los hermanos, se actúa de manera indigna. La propuesta de Pablo, que será desarrollada posteriormente por la misma Iglesia, nos impulsa a ver la eucaristía como el sacramento que construye la Iglesia. Esto hace que se manifieste en las celebraciones, siempre abiertas a la misión recibida de parte de Jesús y que constituye uno de los puntos cardinales de la vida y acción de la Iglesia, como nos lo recuerda el libro de los Hechos de los Apóstoles (cf. Hech 2, 42).

 6.- En el correr de los tiempos, además de las celebraciones litúrgicas, se dio otro paso no menos importante. Es lo que solemos denominar actualmente como el Culto a la Eucaristía fuera de la Misa. Así surgieron las jornadas de adoración (horas santas, visitas al Santísimo), manifestaciones públicas en su honor (Corpus Christi, procesiones, cuarenta horas) y otras expresiones que posibilitaban crecer en la Fe y hacer sentir la centralidad de la misma Eucaristía en la vida de la Iglesia. Dentro de este culto eucarístico podemos situar la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento del Altar.

7.- Comúnmente recordamos cómo la Iglesia hace la Eucaristía. Lo comprobamos con la Liturgia. Pero es necesario tener muy en cuenta que la Eucaristía hace o edifica a la Iglesia. Son muchas las ideas que nos permiten entender esta propuesta teológica. Pero, fijemos la atención en tres de ellas. Una primera idea viene de la realidad sacramental de comunión. La Eucaristía manifiesta la comunión entre Dios y la humanidad a través de la entrega u ofrenda pascual de Jesucristo. Esa comunión, a la vez, se hace patente en el encuentro fraterno e incluyente de todos los creyentes que celebran el misterio de la Pascua y participan del alimento de salvación que nos da la Eucaristía. Por ello, no debemos considerarla sólo como un punto de una programación, sino ante todo como el motor que crea e impulsa la comunión de todos. Y no olvidemos que la Iglesia es eminentemente comunión.

Una segunda idea va muy unida a la Palabra. Ambas –Palabra y Eucaristía- son los ejes fundamentales de la acción de la Iglesia. La Eucaristía incluye el partir el pan de la Palabra, la cual se hace nuevamente Cuerpo y Sangre de Cristo en cada celebración. Por otra parte, en el mandato del Señor Jesús a hacer conmemoración del evento eucarístico se incluye el otro mandato dado por el Señor de hacer nuevos discípulos. No se puede esconder nunca la dimensión evangelizadora de la Eucaristía que crea la comunión de todos los creyentes e invita a participar en la misma a todos los seres humanos.

 9.- La tercera idea está vinculada a una de las imágenes con que se distingue a la Iglesia: es pueblo de Dios, pero también es “Cuerpo de Cristo”. Esta figura tan querida por Pablo y los Padres de la Iglesia nos permite entender la dimensión eucarística de la eclesiología. La Iglesia, con todo su ser y quehacer, se presenta como el Cuerpo de Cristo al que estamos asociados cuales miembros suyos. Así, entonces, podemos ver cómo la misma Eucaristía se manifiesta en la realidad de la Iglesia “Cuerpo de Cristo”: la hace, la edifica, la sostiene y la proyecta en el camino a la plenitud.

10.- La conmemoración de los 125 años de la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento es una demostración más de lo que significa que, precisamente la Eucaristía edifica a la Iglesia. El consagrar la patria al Santísimo se hace desde una Iglesia que es mucho más que una institución meramente social o humana. Es el reconocimiento de que, al edificar la Iglesia, la consagración extiende la fuerza del Resucitado hacia todos los rincones de una patria necesitada de la gracia y fortaleza que vienen de Dios. La Eucaristía hace que la Iglesia mantenga su capacidad de ser sacramento de comunión para todos y de extender sobre la nación las consecuencias de la Eucaristía, cual “vínculo de amor” y promotora del encuentro con el Dios de la liberación.

De allí pues, que aprovechemos esta efeméride para reafirmar nuestra Fe como discípulos de quien se hizo alimento de vida eterna para mantenernos en el camino de la salvación. Al reafirmar nuestra Fe, podemos hacer que se fortalezca nuestra caridad renovando el compromiso de unir a todos los hombres y mujeres de Venezuela. Esto, a la vez, nos hace ser gente de esperanza para un pueblo que la necesita pues atraviesa cañadas oscuras. La Eucaristía nos impulsa a ser como ese pastor que acompaña al rebaño para superar las dificultades y alcanzar las sendas de la plenitud de liberación y justicia (cf. Salmo 23).

Mons. Mario Moronta

NOTAS RELACIONADAS

Parroquia San Juan XXIII de Pueblo Hondo recibió a su nuevo párroco

La ceremonia de toma de posesión fue presidida por Monseñor Juan Alberto Ayala Ramírez, Obispo Auxiliar de la Diócesis San Cristóbal, quien estuvo acompañado por varios sacerdotes del clero, seminaristas y numerosos fieles de la comunidad

San Gregorio Magno: «No te preocupes por lo que tienes, sino por lo que eres»

“Gregorio comienza su formación cultural. No sobresale en la literatura, pero sí en los estudios jurídicos, donde encuentra una magnífica preparación para sus futuras actividades

Se apagó la voz icónica del Santuario Perpetuo Socorro 

Su palabra llena de energía, junto a una voz suave y armoniosa, les dieron a muchas generaciones de san cristobalenses bellas jornadas de animación litúrgica

Acción de los obispos en 100 años del Seminario Santo Tomás de Aquino (I parte )

Una vez creada la Diócesis de San Cristóbal, junto a las Diócesis de Coro, Cumaná y Valencia, mediante la Constitución Apostólica “Ad Munus”, fue colocado al frente en calidad de Obispo y pastor el joven Sacerdote Tomás Antonio Sanmiguel Díaz, quien era párroco de la Iglesia San Juan de la Ciudad de Caracas

Fiesta Patronal en parroquia Santa Rosalía de Palermo en Borotá

El pasado cuatro de septiembre, Monseñor Juan Alberto Ayala,...

DC.RADIO

RECIENTES

spot_img

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here