Con la disposición de acompañar y ser parte de la mano amiga, la mano que ayuda, la mano que protege al Pueblo de Dios, monseñor Lisandro Rivas, obispo de la Diócesis de San Cristóbal, ha recorrido, en un año de su nombramiento, cada rincón del estado Táchira además de los distintos centros de religiosidad y fe que forman parte de la Iglesia local.
Con su premisa de fe: “Para que en Él tengan Vida”, ha proferido en cada homilía el mensaje asertivo de la verdad de Dios, con la cual todos obtendremos la vida eterna, aquella que se recibirá al mantener nuestros corazones limpios a través del cumplimiento de la palabra del Todopoderoso.
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(…) Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. (Juan 10,10)
Desde su nombramiento en octubre y su toma de posesión el 14 de diciembre de 2024, monseñor Lisandro Rivas ha sido un pastor entregado promoviendo transformaciones dentro y fuera de la Iglesia, con lo cual, ha consolidado el legado de su predecesor y ha promovido, con nuevas disposiciones su ministerio, un ministerio donde el acercamiento al pueblo de Dios, ha multiplicado los corazones agradecidos con las bienaventuranzas dadas por el Señor.

El pastor diocesano convoca con cada palabra, cada oración, cada súplica el acercamiento entre hermanos para consolidar los valores cristianos, los valores que provienen del amor. Su liderazgo está sobre la base incuestionable de la fe, la esperanza como factor determinante y la verdad como único camino al encuentro con Dios.
A un año de su llegada, elevamos nuestra mirada al cielo para pedirle, salud, bienestar, amor y vida, vida en abundancia para que su ministerio se consolide y siga dándole cobijo a todo el pueblo con la bendición de Dios.











Carlos A. Ramírez B.


