Padre Jhonny Zambrano: “María de los dolores se encargó de estar presente de modo singular en mi historia de vida”

El pasado 15 de septiembre en la Parroquia Ascensión del Señor en Sabana Grande, del municipio Jáuregui, Estado Táchira, Venezuela , el presbítero Jhonny Zambrano presidió la Santa Misa en honor a nuestra Señora de los dolores, allí elevó un plegaria de gratitud e hizo una ofrenda a la Virgen por un favor concedido.

Aquí la homilía completa y plegaria a la Virgen dolorosa.

Un saludo al laborioso y creyente pueblo de Sabana Grande.

Mi agradecimiento al Párroco Javier Arismendi, hermano y amigo por la oportunidad de presidir esta Eucaristía. Oro por su ministerio pastoral que ha iniciado con mucho entusiasmo y cariño.

Bienvenidos sacerdotes, seminaristas y amigos que hoy nos acompañan en este encuentro con Jesús Eucaristía y su Madre amada.

Lo primero que debo decirle, es que me alegra encontrarme con ustedes en este lugar tan singular para mi historia de vida personal y vocacional. Aquí viví muchos momentos de niño y adolescente junto a ustedes, con mis recordados abuelos maternos Modesto y Evangelina de quienes recibí mucho más de lo que yo les pude dar. De ellos aprendí a tener una fe creída y una fe vivida.

Tengo un recuerdo muy bonito con mi abuela, que quisiera compartirles: vine con ella a este Templo desde La Grita a cumplir una promesa, traerle la corona a la Virgen de Los Dolores, por un favor recibido en otro familiar. Esta corona la ha acompañado durante muchos años y hoy la renuevo en su nombre, al ofrendarle esta nueva corona que luce, prendida de 12 estrellas como lo relata el libro del Apocalipsis. Pues María es coronada por ser elegida, discípula en la fe y madre de Dios y de la Iglesia.

Lee también: Universidad Católica del Táchira conferirá  Doctorado Honoris Causa en Derecho a Mons. Mario Moronta

En aquel momento me dijo: vamos a rezarle a la virgen una salve y vamos a pedirle por lo que será de su vida. Y ciertamente fue así, María de los dolores se encargó de estar presente de modo singular en mi historia de vida.

Al ir finalizando mis estudios de Teología en el seminario Santo Tomás de Aquino en el 2004, el obispo Mons. Mario, me envió a esta comunidad y templo mariano a tener una experiencia de fe antes de mi ordenación diaconal, tuve la gracia durante un año de acrecentar mi devoción a la madre y celebrar la fe con la gente que mi vio crecer y ser.

Hoy hace 17 años dejaba este lugar para iniciar mi camino ministerial en otros lugares. Hoy nuevamente regreso, con un profundo agradecimiento a la Madre, a ella le pedí me concediera su cuidado e intercesión durante mis estudios eclesiásticos en la Ciudad de Roma. Cada vez que entraba en la Basílica de San Pedro y veía la imagen de la Piedad de Miguel Ángel, recordaba a esta bella imagen que acompaña a mis coterráneos, aquí en Sabana Grande. Allí en oración le ofrecí una promesa, confeccionar un vestido que junto a su corona y corazón la vistiera en la Eucaristía de su fiesta patronal a mi regreso. Hoy felizmente estoy realizando este acto de fe, que ofrezco en acción de gracias por ayudarme a culminar lo que la Iglesia me había encomendado. Ese es el motivo por el cual presido esta Celebración.

 En segundo lugar , quiero felicitarlos por esta peregrinación con la replica de Ntra. Sra. de los Dolores realizada durante nueve noches por diferentes caseríos de esta gran sabana que los alberga. Ustedes han entrelazado oraciones, cantos y silencios que expresan su fe, sus esperanzas y sus profundas emociones. Esta sabana, recordamos con agradecimiento a nuestros antepasados, que crecieron como hombres y mujeres de trabajo y fe e hicieron posible que se encarnará esta bella devoción de María en medio de nosotros, esto ha sido obra del Espíritu Santo a través de sus pastores y fieles.

Le puede interesar. El Papa: «Elige a Dios una y otra vez»

 En tercer lugar, quiero comentarles un poco sobre la «memoria» de Nuestra Señora de los Dolores que se celebra en la Iglesia católica el día 15 de septiembre, el día siguiente a la celebración de la «Exaltación de la Santa Cruz». El papa Benedicto XIII extendió a toda la Iglesia la fiesta del «Viernes de Dolores» en 1472, en torno a la Semana Santa; y lo mismo hizo el papa Pío VII en 1814 con la segunda fiesta en honor a la Virgen de Los Dolores, fijando su celebración en el día 15 de septiembre. Es decir, tenemos dos siglos celebrándola.

 ¿Cuál es el fundamento y la razón de esta celebración? La respuesta la encontramos en la relación especial que la Virgen María tiene con la cruz, en que murió su Hijo clavado en sus brazos y el contenido teológico, espiritual y simbólico que tiene la escena del Calvario que expresa esa relación mística, formando casi una unidad también simbólica con la exaltación de la santa Cruz.

 San Pablo VI Papa, quien fue el autor que estudie en mi Tesis Doctoral en mis estudios en Roma, hace eco de este sentido en su Exhortación Apostólica Marialis cultus (2 febrero 1974), insinuando una de las razones determinantes de esta fiesta que hoy celebramos y su inclusión en el calendario litúrgico unido a su valor histórico, El recuerda la «memoria de la Virgen Dolorosa como una ocasión propicia para revivir un momento decisivo de la historia de la salvación, y para venerar, junto con el Hijo exaltado en la Cruz, a la madre que comparte su dolor» (Marialis cultos, 7) fin de la cita.

Por tanto, es de gran significado recordarlo hoy: Uno de los momentos más importantes de la asociación de la Madre con el Hijo en la obra de la salvación, fue aquel en que la Madre padeció el dolor y los sufrimientos de su amado Hijo. De esta manera, se cumple las palabras dirigidas a María con claridad por el Anciano Simeón, donde prefiguraba la intimidad del dolor en la obra de su Hijo: “Y, a ti, una espada te traspasará el alma”.

Ha sido muy providencial que esta peregrinación por los sectores de la Parroquia con la replica durante la novena, haya tenido como reflexión *EL DOLOR DE MARÍA.* La tradición cristiana, basada en los Evangelios, señala siete grandes dolores: Como lo presenta el Evangelio que acabamos de escuchar en la profecía de Simeón por la cual una espada de dolor le atravesaría el alma, la huida de la Sagrada Familia a Egipto; los tres días que Jesús estuvo perdido en Jerusalén; el encuentro de María con su hijo Jesús cuando iba cargado con la Cruz camino del Calvario; su Muerte en la Cruz; el Descenclavamiento de la Cruz y la colocación de su Cuerpo en el sepulcro. La devoción a los Dolores de María son una fuente inmensa de gracias divinas, porque estos dolores llegan a lo más profundo del Corazón de Cristo, pues son sufrimientos de María, su madre.

 Para culminar , quisiera motivarlos a dos compromisos: Pensemos en la escena del Calvario, el viernes Santo. Pienso en dos elementos: El *lugar y la hora* .

Un lugar : el calvario. Allí María tiene su lugar de fidelidad. ¿Cuál es nuestro lugar? Podríamos pensar en no huir de la prueba, de la dificultad, crecer allí donde el Señor nos ha colocado para cantar su gloría, aun cuando sea un poco dificultoso, incluso doloroso. Podemos decir, que es el aquí y ahora de Dios en nuestra vida, ese lugar que el Señor nos esta regalando, en nuestra familia, nuestro trabajo, nuestra parroquia, en la comunidad.

Una hora : La hora de María, al igual que la hora de Jesús. Ella recibió en esa hora, acompañada por el lugar de la fidelidad, la hora de ser Madre. No hay situación de nuestra vida donde ella, no se haga presente, colocando a Jesús su hijo frente a nuestro dolor y necesidad. María acompaña nuestras horas de dolor y dificultad. No olvidemos su presencia maternal, no es una idea, es un lugar teológico, donde los sencillos disfrutan del amor materno de María.

Por consiguiente, ustedes comunidad parroquial de Sabana Grande, como pueblo cristiano y mariano, apoyados en su fe y en esta expresión de religiosidad popular, expresan cariño, fidelidad y gran veneración a la Virgen María como Madre de los Dolores; como mujer cercana al sufrimiento humano; como aquella Gran Señora a quien pueden acudir confiadamente con la seguridad de su presurosa y generosa ayuda en las dificultades de la vida; mirándola a los ojos como modelo para afrontar, sin perder la paz, la alegría y la confianza en Dios, las dolorosos momentos de nuestra existencia humana.

Ella, tiene un CORAZON DE MADRE. Hoy colocaré este signo del Corazón atravesado por la espada en esta bella imagen de Ntra. Sra. de Los Dolores, para que quede significado que, desde su corazón herido por el dolor del sufrimiento de su Hijo en la Cruz, ella guardo la esperanza del fruto de ese dolor: LA SALVACIÓN DE LA HUMANIDAD. Que al verlo cada vez que vengamos a rezar ante su imagen, nos recuerde que el camino es de la pasión y el dolor a la gloria, si tenemos presente en nuestras vidas a Jesús y su Madre María. Ella es consuelo de los afligidos, ella es consuelo para nosotros sus hijos.

 MADRE AMADA:

P. Jhonny Alberto Zambrano Montoya