Un sol del que se descubren nuevos rayos de vez en cuando. Se podría pensar en las Letanías Lauretanas, las invocaciones seculares a la Virgen que tradicionalmente concluyen el rezo del Rosario. A las ya conocidas el Papa Francisco ha decidido añadir tres nuevas: «Mater Misericordiae», «Mater Spei» y «Solacium migrantium», es decir: «Madre de la Misericordia», «Madre de la Esperanza» y «Consuelo» pero también «Ayuda» de los migrantes.
Las nuevas invocaciones
Fue la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos la que comunicó esta disposición del Papa en una carta dirigida a los presidentes de las Conferencias Episcopales. «Son incontables los títulos e invocaciones que la piedad cristiana, a lo largo de los siglos, ha reservado a la Virgen María, camino privilegiado y seguro para el encuentro con Cristo», escribió en la carta el Cardenal Robert Sarah y el Arzobispo Arhur Roche, Prefecto y Secretario del Dicasterio del Vaticano. Ahora, especifican, «la primera invocación se colocará después de Mater Ecclesiae, la segunda después de Mater divinae gratiae, la tercera después de Refugium peccatorum».
Roche: oraciones nacidas de los «desafíos» de la vida
Aunque antiguas, las letanías – llamadas «Lauretanas» del Santuario de la Santa Casa de Loreto que las hizo famosas – tienen una fuerte conexión con los momentos de la vida de la Iglesia y la humanidad. Así lo afirman los dirigentes del Culto Divino, subrayando que «incluso en la época actual, marcada por razones de incertidumbre y desconcierto», el recurso «lleno de afecto y confianza» a la Virgen «es particularmente sentido por el pueblo de Dios». Monseñor Arthur Roche reiteró a Vatican News este vínculo entre la espiritualidad y la concreción del tiempo, de la vida cotidiana. «Varios Papas – recuerda Monseñor Roche – han decidido incluir invocaciones en las Letanías, por ejemplo Juan Pablo II añadió la invocación a la ‘Madre de la familia’. Responden al momento real, un momento que presenta un desafío para el pueblo». «El Rosario, como sabemos, es una oración dotada de gran poder y por lo tanto -concluye el secretario del dicasterio vaticano- en este momento las invocaciones a la Virgen son muy importantes para los que sufren por Covid-19 y, entre ellos, los migrantes que también han dejado su tierra».
Vatican News