Para el Papa Francisco el educador es un testigo de fraternidad que no entrega “sus conocimientos mentales, sino sus convicciones, su compromiso con la vida”. De este modo, los educadores podrán ser “escuchados mucho más atentamente y serán creadores de comunidad”.
Educar había dicho también el Santo Padre el año pasado en conversación con una delegación del Global Researchers Advancing Catholic Education Project “es arriesgar en la tensión entre la cabeza, el corazón y las manos: en armonía, hasta el punto de pensar lo que siento y hago; de sentir lo que pienso y hago; de hacer lo que siento y pienso. Es una armonía”.
Le puede interesar: Catequesis del Papa: La misión es el oxígeno de la vida cristiana
Es por ello que pidió orar por todas aquellas personas que se dedican a la rama de la educación con el propósito de promover el valor de la fraternidad.
Una escuela, un campo de fútbol, un profesor
El video de enero del Papa que comienza con la palabra fraternidad, escrita en una pizarra como si fuera una asignatura didáctica- acompaña la reflexión de Francisco con la narración de una historia, ambientada en una escuela.
Lee también: Conozca las cinco claves para un matrimonio feliz
Un niño, marginado por sus compañeros durante los partidos de fútbol, permanece solo en un rincón hasta que un profesor, al darse cuenta de su malestar, decide ocuparse de él. No lo hace con palabras, sino con su testimonio de vida: se queda con él, día tras día, y con pasión y perseverancia le enseña a jugar.
Hasta que, una mañana, lo encuentra junto a esos mismos compañeros que antes lo habían marginado: está jugando con ellos y, cuando marca su primer gol, se lo dedica precisamente al maestro, al testigo creíble que lo ha ayudado.
Con información de Aleteia