El lanzamiento del popular juego para dispositivos móviles, hace ya varios años, supuso una revolución para los videojuegos casuales y el descubrimiento de que no todo está inventado y que aún quedaba terreno para la imaginación. Está claro que utilizar a una franquicia tan conocida como Pokémon es casi sinónimo de éxito, pero lo que el juego provocó en muchos usuarios ha tenido repercusiones más allá del mero entretenimiento, con estudios que demuestran su eficacia dentro de la salud mental.
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Jugar a Pokémon Go ayudó a muchas personas a salir de su zona de confort y a volcarse en una actividad tan divertida como social
Recientemente, a fecha de redacción del artículo, hemos conocido un estudio publicado por el Journal of Management Information Systems y que investiga la relación entre algunos tipos de tecnología y la salud pública. De hecho, los videojuegos que utilizan la localización como base de su desarrollo, y más en concreto Pokémon Go, son uno de los objetos de estudio, observando su uso y relacionándolo con las tendencias depresivas de la población.
La introducción de un juego como Pokémon Go entre la población se ha probado como un éxito como tratamiento alternativo en casos de depresiones menores. Algunas de las explicaciones que han surgido alrededor de esta curiosa relación entre salud y este videojuego han sido, por ejemplo, el fomento de la actividad física en exteriores, la socialización cara a cara y la exposición a los elementos naturales de nuestro alrededor.
Salir al parque más cercano a cazar pokémon, encontrar un nuevo gimnasio unos kilómetros más allá de tu casa o retar a un amigo a un combate en lugar de sentarte en el sofá, fueron algunas claves del éxito del juego y de su afección positiva en nuestra salud.
Para la realización del estudio, sus integrantes investigaron el lanzamiento de Pokémon Go en 166 regiones de 12 países anglosajones. Al cabo del tiempo, pudieron documentar la relación entre un descenso en las búsquedas relacionadas con la depresión en dichas zonas y la disponibilidad del videojuego.
El estudio no pretende ser un remedio milagroso contra las enfermedades mentales, pero sí pone en valor cómo sectores denostados por la sociedad como el de los videojuegos, a menudo tildado de mediocre o dañino, pueden ser realmente importantes como una vía de escape necesaria para complementar nuestra psique.
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