Se estima que en el mundo hay alrededor de 39 millones de personas ciegas un 0,9 % de la población, y otros 285 millones que viven con discapacidades visuales moderadas a severas.
Aunque la Organización Mundial de la Salud señala que hasta el 80% de la discapacidad visual alrededor del mundo se puede evitar con un mejor acceso al tratamiento, el número de personas ciegas o con visión baja se incrementa a medida que la población mundial envejece.
La tecnología está cambiando nuestra sociedad y en ese proceso de evolución debemos lograr eliminar barreras y mejorar la calidad de vida de todas las personas, especialmente las de las personas con discapacidad y las personas mayores.
Hay grandes innovaciones y también pequeños cambios, pero todos deben ir dirigidos a que ganemos en calidad de vida, a través de la autonomía, la inclusión y la accesibilidad. La tecnología ha venido a abrirnos un mundo de probabilidades; no es lo mismo la adaptación que necesita una persona de 80 años, que se mueve por su barrio o por su casa, que la de una persona de 30, que necesita moverse en transporte público por trabajo, estudios, etc.
La tecnología es una herramienta, pero la investigación es fundamental para alcanzar los objetivos. Manejar la lavadora con el móvil, un smartwatch para ayudar a controlar emociones, un lector que convierte cualquier texto en audio. Tecnología que rompe barreras, normaliza y mejora la calidad de vida, también de las personas con discapacidad.
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Los avances tecnológicos han ocupado cada rincón de nuestra vida. Las personas con discapacidad viven en la misma sociedad que los demás y quieren y deben usar la tecnología como cualquiera. La tecnología juega un rol vital en romper barreras, y la inteligencia artificial ha comenzado a conseguir avances reales en mejorar la accesibilidad.
El impulso que están experimentando tendencias como el modelado y la comprensión de los datos, la sensórica y la inteligencia artificial están siendo claves para la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad.
El concepto está cambiando. Antes se pensaba solo en desarrollar productos de apoyo para estas personas, mientras que ahora lo que se persigue es hacer el ambiente más accesible con el uso de determinadas tecnologías.
Un ejemplo de este cambio de filosofía es el trabajo detrás de dispositivos cuyo objetivo es ser el apoyo de su usuario, su mano derecha. Un dispositivo con la inteligencia artificial más avanzado del mundo que ayude a personas con discapacidad visual al no necesitar a un tercero.
La receta para que los dispositivos tecnológicos tengan buena acogida es que sea útil, intuitiva y socialmente no invasiva, con un modelo de innovación centrado en el usuario y es participativo. Se usan técnicas de co-creación y se colabora con los usuarios para garantizar una accesibilidad adecuada. Sobre todo son un puente para la comunicación desde la empatía.
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Gracias a la tecnología es posible crear un entorno accesible e inclusivo en el trabajo, la escuela y en los programas de servicios. La tecnología asistencial es cualquier dispositivo, equipo, producto, elemento o servicio que mantiene o aumenta el acceso, minimiza o elimina las barreras al apoyo y los recursos, o que da accesibilidad y autonomía para personas con problemas de visión.
(Los Andes)