Fe Creída, Fe Vivida
Con motivo de la conmemoración del V Centenario de la primera evangelización de América (1492-1992), Santo Domingo en República Dominicana se convierte en la sede de la IV Conferecnia General del Episcopado Latinoamericano (CGEL), con la presencia de san Juan Pablo II. Se incorporan en esta Asamblea todas las Iglesias del Caribe.
El tema ya había sido elegido y los documentos de trabajo elaborados, pero es san Juan Pablo II el que, de nuevo, dará una fuerte orientación a la V CFEL. Su discurso de inauguración bajo el eje de Jesucristo ayer, hoy y siempre, marcará las pautas del diálogo. El tema de la nueva evangelización se convierte en la idea central, bajo el nombre centralizador de Jesucristo, distribuyendo las reflexiones en tres grandes partes: Jesucristo Evangelio del Padre, Jesucristo evangelizador y viviente en su Iglesia, y Jesucristo vida y esperanza de América Latina y del Caribe, destacando en las temáticas LA PROMOCIÓN HUMANA Y LA CULTURA CRISTIANA.
En esta Nueva Evangelización, el documento presenta un hilo conductor que permitirá extraer algunos elementos, que me permito presentar como una propuesta, para la formación de una futura CLASE DIRIGENTE POPULAR EN VENEZUELA, tema que desarrolle en mi tesis de especialización en DSI en la Pontificia Universidad Lateranense (Roma).
- Uno de estos elementos son los lazos de la PROMOCIÓN HUMANA en lo sociopolítico y la evangelización.
UN LAZO ANTROPOLÓGICO: el hombre a evangelizar no es un ser abstracto, sino un ser sujeto, envuelto en problemas sociales, políticos y económicos; por ende esta tarea evangelizadora debe llevarlo a ser Sujeto Social de la solución.
UN LAZO TEOLÓGICO: La Redención debe asumir situaciones muy concretas de injusticia y debe restaurarlas. Una nueva Clase Dirigente Popular con noción cristiana puede dar respuestas.
UN LAZO EVANGÉLICO con su esencia en la caridad: ¿Cómo proclamar a Jesús sin promover una nueva evangelización en lo sociopolítico? Es necesaria la formación de una nueva generación que viva la caridad en pro de la promoción humana integral que debe buscar el verdadero y auténtico desarrollo del hombre.
De esta forma comienza Santo Domingo (SD) a tratar la problemática de la promoción humana a la que considera una dimensión privilegiada de la Nueva Evangelización. Igualmente, podria decir que prepara el terreno para forjar la siembra de una adecuada formación en las nuevas generaciones, integrando estos elementos y promoviendo su protagonismo como Sujeto Social en la búsqueda de propuestas y objetivos a desarrollar en búsqueda del bien común.
- Otro tema muy bien estructurado en SD es LA CULTURA. Este documento recuerda que el Evangelio no se identifica con ninguna cultura en particular, que debe inspirarse en todas y transformarlas desde dentro, enriqueciéndolas con los valores cristianos que derivan de la fe. Sin embargo, advierte la falta de valores cristianos fundamentalmente en la cultura de la modernidad, por lo que reclama un discernimiento evangélico sobre valores, actitudes y comportamientos colectivos y recuerda el reto que tiene la Iglesia en este aspecto.
La Nueva Evangelización no se trata de prescindir de la primera evangelización, sino a partir de los ricos valores que ella ha dejado, profundizarlos y complementarlos corrigiendo las deficiencias (Cfr. SD 24).
SD marca el protagonismo de LOS JÓVENES recordándoles que su misión «es prepararse para ser los hombres del futuro, responsables y activos en las estructuras sociales, culturales y eclesiales» (SD 111). Esta invitación supone discernir en la cultura, los elementos para una nueva evangelización, nueva en sus métodos, ardor y expresión, donde ellos sean protagonistas de los cambios sociopolíticos de América Latina.
Invita a LA IGLESIA a acompañar los jóvenes en las universidades y sitios de trabajo, formando su conciencia desde los Principios del Evangelio que bien presenta la DSI, incorporándolos a las problemáticas sociopolíticas para trabajar por un Continente más humano desde una perspectiva cristiana.
Lea en Fe creída, Fe vivida: https://diariocatolico.press/sollicitudo-rei-socialis-el-caracter-etico-del-desarrollo-humano/
Por tanto, estas dos líneas pastorales propuesta por SD: LA PROMOCIÓN HUMANA Y LA CULTURA CRISTIANA, reiteran la necesidad de encontrar nuevos métodos para que los constructores de la sociedad, sean formados en las exigencias éticas y sociales del Evangelio. La enseñanza, difusión, profundización y aplicación de la DSI forma parte esencial del de esta nueva evangelización de nuestros pueblos, de una forma especial en quienes lideran política y socialmente la sociedad (Cfr. SD 22).
SD exhorta a la CLASE DIRIGENTE DE LA SOCIEDAD, a vivir en el ejercicio de su respetable misión al servicio de los pueblos, luchando por la justicia, la solidaridad y del desarrollo integral, guiados por el imperativo ético en sus decisiones (Cfr. SD 96). Sin embargo, se comprobaba para 1992, que muchos en su identidad cristiana no sentían la necesidad de un compromiso evangelizador en el área social, por ello el mundo de la política, no era guiado por criterios evangélicos. SD reconoce que en algunos países se afianzó la democracia después de la III CGEL en Puebla, sin embargo destaca algunas causas de esta poca coherencia con la promoción humana y los valores del Evangelio (Cfr. SD 192).
A este diagnóstico no escapaba Venezuela, ciertamente encontramos en ella la descripción causal del escenario sociopolítico que vive actualmente. Por ello, a pesar de esos vacíos en la democracia, SD no vaciló en reconocerla, «como el sistema de gobierno más aceptado, aunque su ejercicio sea todavía más formal que real» (SD 191).
Para aceptar una autentica democracia debe tener unas exigencias mínimas, descritas en la Encíclica Centesimus Annus: «Asegure la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantice a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pacífica» (CA 46).
Por este motivo y en respuesta al diagnóstico de SD, entre las LÍNEAS PASTORALES presentadas esta, ACRECENTAR LA IGLESIA-COMUNIÓN, que lleva a la corresponsabilidad en la misión, preparando y fomentando desde sus estructuras y organizaciones mediante la enseñanza de la DSI, la participación de los laicos desde las bases populares en los ambientes socio-culturales, haciendo de ellos protagonistas de la transformación de la sociedad a la luz del Evangelio y procurando impulsar liderazgos en el campo de la política (Cfr. SD 97-98).
La invitación es a UN LAICADO BIEN ORGANIZADO, con una formación permanente, madura y comprometida (SD 103), para ello cuenta con la DSI que forma parte de la misión evangelizadora (SRS 41) y tiene el valor de un instrumento de evangelización (CA 54), contiene PRINCIPIOS, CRITERIOS Y ORIENTACIONES para la actuación del creyente en la tarea de transformar el mundo según el proyecto de Dios y lograr el perfeccionamiento de la democracia (SD 158).
SD reflexionó sobre una PROPUESTA de reconstrucción social donde la población, especialmente las clases populares, asumieran un liderazgo a través de estructuras territoriales y funcionales, en forma receptiva, activa, creadora y decisoria, es decir, propia de una democracia pluralista, justa y participativa. Lamentablemente, las propuestas no se concretaron suficientemente en SD y quedaron en generalidades.
¿POR QUÉ TAN POCA REPERCUSIÓN PÚBLICA?
Buscaré responder describiendo brevemente el camino recorrido. MEDELLÍN (1968) tuvo una significativa reacción, con su denuncia sobre el militarismo y situación de pobreza, llamada por primera vez PECADO ESTRUCTURAL.
PUEBLA (1979) levantó la expectativa desde otro punto de vista. Los sectores más conservadores habían influido en el CELAM y querían aprovechar la III CGEL para revisar el camino recorrido por Medellín. Por su parte, los sectores progresistas representados por los teólogos de la liberación querían influir en las discusiones e impedir que se retrocediera con relación a Medellín.
Con SANTO DOMINGO ocurrió algo distinto. Los MCS le dieron importancia al comienzo, cuando estuvo el papa san Juan Pablo II. Una vez que regresó a Roma, la noticia desapareció de los medios masivos.
¿POR QUÉ SUCEDIÓ ESTO? En primer lugar, SD no tuvo ese tono profético de denuncia que brilló en Medellín. En segundo lugar, las discusiones eclesiales no se llevaron a cabo públicamente debido a la discreción de los teólogos de la liberación, haciendo su labor de servidores, por medio de escritos y sugerencias, generalmente trasmitidas a través de los pastores presentes. Por tanto, SD no respondió a las expectativas que se tenían, pero dejo algunos elementos que servirían de iluminación para la V CGEL en Aparecida.
Pbro. Jhonny Zambrano