EDITORIAL
El fenómeno de la migración se ha multiplicado en los últimos años en diversas partes del mundo, en Venezuela y en otras naciones va en aumento y no se detiene. “No se trata sólo de migrantes”, reflexiona el Papa Francisco en el marco de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2019.
Es el prójimo, hombres y mujeres, que lo dejan todo para ir en busca de otras posibilidades, pero son amenazados por la “globalización de la indiferencia”, y llevados al escarnio público, sometidos las esclavitudes modernas, la trata de personas, la prostitución, y otras formas de marginación.
“No se trata sólo de migrantes significa que al mostrar interés por ellos, nos interesamos también por nosotros, por todos; que cuidando de ellos, todos crecemos; que escuchándolos, también damos voz a esa parte de nosotros que quizás mantenemos escondida porque hoy no está bien vista”, expresa el Papa Francisco en su mensaje.
Es urgen mostrar interés por los migrantes, los refugiados, y también por quienes sin moverse de sus localidades son descartados por la sociedad. El profeta Amós (6, 1-7) denuncia la postura de quienes buscamos las propias comodidades y no mostramos interés por las carencias del prójimo, algún día nos pedirán cuentas al respecto, como sucedió al rico que baqueteaba (Lucas 16, 19-31) sin compasión algunas hacia el pobre Lázaro.
Superar esas barreras implica superar el miedo a realizar el bien, viviendo efectivamente al caridad. “Esos miedos condicionan nuestra forma de pensar y de actuar hasta el punto de convertirnos en seres intolerantes, cerrados y quizás, sin darnos cuenta, incluso racistas”, dice Francisco.
Ante el fenómeno migratorio y la globalización de la indiferencia, debemos considera que la caridad no es un simple requisito sino una forma de vida y de testimonio de fe. ¿Cómo ayudar a los migrantes? ¿Cómo servir a los más pobres de mi comunidad?
Pbro. Johan Pacheco
Director de Diaria Católico