Este 15 de agosto, en la celebración litúrgica de la Asunción de la Virgen María la iglesia en el Táchira honró una vez más a su Patrona, Nuestra Señora de la Consolación. Miles de devotos peregrinaron hasta Táriba para participar en la misa pontifical junto al Obispo y los sacerdotes.
La imagen original de la Virgen de Consolación, cuya devoción data de 1508, fue llevada en la madrugada del jueves a la Catedral de San Cristóbal desde allí los fieles acompañaron en procesión rezando a la Madre de Dios.
“Hoy la contemplamos, como la consoladora de nuestro pueblo y la dolorosa que ha sufrido en su corazón también la espada que se lo atravesaba, como bien lo profetizaba Simeón, en el templo de Jerusalén”, expresó monseñor Moronta en su homilía.
“Ambas características propias de María se conjugan: es consoladora ante el dolor de la humanidad; y es dolorosa al cumplir la misión de ser la primera discípula de Jesús”, dijo el Obispo.
Reflexionó también que “al contemplarla hoy bajo las dos características de dolorosa y consoladora, podemos dibujar algunas cualidades irrenunciables de la misma Iglesia, llamada a compartir el dolor de la humanidad, del cual, en el sacrificio de Cristo, nace; así como a ser el sostén consolador que acompaña a la humanidad y lo realiza desde su misma encarnación en la humanidad con el gusto espiritual de ser pueblo”.
Así mismo el Obispo exhortó asumir algunos compromisos: “nuestra Iglesia de San Cristóbal y de Venezuela, ante la crisis que golpea nuestra nación, sencillamente debe tener la misma actitud de la Madre del Salvador: ser Madre dolorosa y así buscar darles fuerza redentora y ser Madre consoladora que acompaña a todos sin excluir a nadie, por los caminos seguros de la liberación salvadora del Señor Jesús”.
Al final de la Eucaristía el Obispo imploró a la Virgen de Consolación que ayuda a pueblo tachirense a superar la crisis que los afecta, con la escasez de alimentos, medicinas, electricidad, gasolina. “La Virgen de Consolación interceda por nosotros”. (Prensa DiócesisSC)