“Al ser confirmados se convierten en verdaderos testigos de la fe siendo buenos ciudadanos y buenos cristianos (…) creciendo en el sentido de pertenencia e identidad con la Iglesia y amando al pueblo de Dios”
Durante la homilía, el Obispo auxiliar describió a la Virgen como la "morada de Dios, templo del Espíritu Santo y modelo de todo cristiano".
Mons. Ayala enfatizó que el corazón de María está “lleno de pureza, amor y ternura” para la construcción del Reino de Dios