Como una violación de los derechos humanos al privar a la feligresía de sus expresiones religiosas, calificaron los obispos de México la prohibición de pesebres en espacios públicos, tras la decisión de la Corte Suprema de esta nación.
El Gobierno estatal del partido de izquierda Morena tuvo que echar marcha atrás; y tras de tres semanas de negociaciones, el obispo de Campeche, José Francisco González, anunció el 21 de septiembre que el Santísimo volvía a la capilla. Y que los fieles podrían volver a tener el auxilio espiritual de su presencia.