La señora Fidelina Cáceres Correa tiene 90 años, vive en el centro de San Cristóbal y se mantiene activa en su labor como modista con una lucidez y vitalidad admirables, que ella atribuye a la gracia y voluntad de Dios. Una fe muy sólida y una especial devoción al Niño Jesús que se materializa en la elaboración de vestidos para abrigar las imágenes que lo representan.
“Desde el primer Niño Jesús que compré, comencé a vestirlo porque no me gusta verlo sin ropa, yo le hago sus pantalones, su vestido y sus zapatos. Yo siento que así como yo lo abrigo, él abriga a la humanidad también”, expresa.
Narra que desde hace más de 60 años se desempeña como modista, labor que comparte junto con la manualidad del tejido. Afirma que con su trabajo sacó adelante a sus nueve hijos y todavía permanece activa “porque los sueldos casi no alcanzan, además uno tiene que trabajar mientras que Dios lo tenga con fuerzas y energía”.
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Sobre la elaboración de vestidos para el Niño Jesús, cuenta que comenzó a hacer trajes tejidos hace más de 55 años. Los vendía a una señora que los comercializaba en Barrio Obrero. Más adelante, comenzó a utilizar los retazos de tela para vestirlos, como ella dice, “modernos”.
“Yo hacía los vestidos tejidos por docenas y se los vendía a la señora por la iglesia El Ángel. Con ese dinero me fui comprando las cosas, nevera, cocina, vitrina, cama… Todo me lo dio el Niño Jesús, por eso es que yo lo amo y lo bendigo cada vez que lo nombro (…). Ahora lo estoy vistiendo moderno, con las telas que vienen ahora”.
La señora Fidelina tiene más de 40 imágenes del Niño Jesús de diferentes tamaños, la mayoría comprados y otros que le han obsequiado. Cada uno tiene un atuendo elaborado por ella. El más antiguo es un modelo español, grande, que le regaló uno de sus hijos. Con los recortes de tela que le quedan de su trabajo, les hace vestidos nuevos todo el tiempo.
Catedral
Desde hace tres años, esta devota señora se ha encargado de vestir la imagen del Niño Jesús de la iglesia Sagrario Catedral. Si bien anteriormente había hecho trajes para las imágenes de la iglesia Coromoto y La Ermita, ahora cambia regularmente el atuendo del niño de su parroquia.
“Hace tres años le pregunté al Padre Lucio si quería que le hiciera un vestido al Niño Jesús de la iglesia porque siempre estaba desnudito, y él me dijo que le parecía muy bien. De allí en adelante he seguido vistiendo al Niño de Catedral (…) el Padre se sorprendió un día que vino a mi casa y vio todos los niños que tengo (…) Yo quisiera vestir a todos Niños de las iglesias, pero no me da tiempo de ir a todas”.
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Por su experiencia tiene ya las referencias sobre las medidas, de manera que solo necesita saber el largo y ella cose los vestidos que se ajustan perfectamente a las imágenes del Niño Jesús. Así, pasa sus días trabajando, rezando el rosario y agradeciendo a Dios por todo lo que tiene.
“Yo me la paso rezando el rosario en cada momento, tengo devoción a San Miguel Arcángel y a San Gabriel Arcángel que fue quien anunció a la Virgen la llegada Jesús. También le pido mucho al Espíritu Santo. Cuando voy a cortar un vestido, primeramente invoco la gracia de Dios y le pido que me ayude para hacerlo como lo necesita la persona, eso es lo que uno tiene que hacer, toda la confianza en Dios”.
Ana Leticia Zambrano