El Nuncio Apostólico, en sus palabras dirigidas a los sacerdotes, transmitió el mensaje de cercanía del Papa Francisco. Enfatizó la importancia de no refugiarse en el pasado y de mantener “las cuatro cercanías”: cercanía con Dios, con el Obispo, con los hermanos sacerdotes y con el pueblo
“Este es un momento importante para demostrarnos y demostrarle al mundo que no nos paramos, que no nos detenemos sino que aun en medio de las dificultades que existen hoy en Venezuela y en el mundo, nosotros tenemos la mirada puesta hacia adelante, que es la mirada puesta en el reino de Dios que es lo que nos corresponde como tarea”
Al inicio de la Santa Misa, Mons. Ortega expresó su alegría de “traer el saludo y la cercanía del Papa Francisco, quien se encuentra celebrando la asamblea de los obispos en el Sínodo de la Sinodalidad”
“Yo creo que va a hacer un momento de gracia (…) espero que también para toda la diócesis y para mí por supuesto una bendición muy grande, estoy muy contento”
El obispo resaltó en su homilía que, el verdadero título de la Virgen María es Bienaventurada, ya que refleja el ejemplo de la santidad. Sostuvo que el Rosario es un resumen del evangelio y de la vida de Jesús. Por lo tanto, quien ora con el Rosario es bienaventurado y porque lo es, debe anunciar a Cristo, desde su realidad particular