El Óbolo de San Pedro es una ofrenda que puede ser pequeña, pero que tiene un gran valor simbólico. Es una manera concreta de reforzar nuestro sentido de pertenencia a la Iglesia y nuestro amor al Obispo de Roma, que preside todas las Iglesias de la caridad
“El comienzo del universo, su evolución última, la estructura profunda del espacio y del tiempo enfrentan al ser humano a una frenética búsqueda de sentido, en un vasto escenario donde corre el riesgo de perderse”
“Sigamos rezando por la paz. La guerra es siempre una derrota, desde el principio. Recemos por la martirizada Ucrania, por Tierra Santa, Sudán, Myanmar y dondequiera que la gente sufra por la guerra, recemos a diario por la paz”
La Carta Olímpica enuncia el principio de la centralidad de la persona en su dignidad y se compromete a contribuir a la construcción de un mundo mejor, sin guerras, educando a los jóvenes mediante el deporte practicado sin discriminación, en un espíritu de amistad y solidaridad
El Papa elogió al purpurado por su gran "capacidad de comprender y de perdonar", cualidades preciosas en su nueva función, en la que está llamado a ser "expresión del rostro misericordioso del Padre"