El misterio de la Encarnación es venerado por las primeras comunidades cristianas y fue transmitido a todas las generaciones. La Iglesia en Venezuela para celebrar la Natividad del Señor ha incorporado celebraciones que realzan este acontecimiento, entre ellas podemos mencionar la novena al Niño Dios, los villancicos, la canastilla y misas de aguinaldo.
Es necesario resaltar que esta última ya se hace mención en la época colonial en América; Lucas Alamán y José Andrade en el Diccionario Universal de Historia y Geografía, sobre la República Mexicana (1953), indicaban: “había sido una antigua costumbre de la orden cantar las misas que llaman de aguinaldo nueve días continuos antes de la pascua de la navidad al amanecer”. En Venezuela esta bella expresión litúrgica se celebra del 16 al 24 de diciembre como expresión de alegría, preparación y sentido de comunidad por el nacimiento del Salvador.
Antecedentes
Las primeras celebraciones en América del nacimiento del Señor se remontan al siglo XVI. Para disponer a los fieles a recibir al Señor se ofreció, en el tiempo de adviento y la fiesta de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre, orar con un octavario que luego pasó a ser un novenario en preparación a la Navidad por parte de los misioneros españoles y portugueses en las Indias occidentales y orientales.
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Los evangelizadores con sus costumbres y estrategias fueron haciendo camino entre los nativos que iban escuchando el Evangelio y recibiendo los sacramentos. Un antecedente directo a las misas de aguinaldo son las celebradas en las Islas Canarias (España) llamadas misas de la Luz.
Estas celebraciones tienen muchas características similares a las celebradas hoy en Venezuela, nos dice Máximo Trapero en su obra “Religiosidad Popular en verso” indicando que “se salía de casa de madrugada, rompiendo el alba. Todo el mundo se ponía en pie, mayores, pequeños y jóvenes, para participar en esas celebraciones que eran alegres porque anunciaban la Navidad”. En estas misas de la Luz había una combinación litúrgica – folclórico.
Ante esta práctica religiosa, aparece una Bula de Sixto V “Apund Sanctum Marcum”, del 5 de agosto de 1586, contribuyendo a fortalecer estas celebraciones que concedían remisión de los pecados e indulgencia plenaria a los indios, quienes confesados asistían a las nueve misas y comulgaban. Por tanto, todas las tradiciones vividas en Europa poseen gran influencia en la devoción singular del misterio de la Encarnación, de modo especial en Filipinas y América, sobre todo en Puerto Rico y Venezuela.
Venezuela
Las primeras celebraciones de las misas de aguinaldo en Venezuela, con la llegada de los misioneros a estas tierras, han sido difíciles de determinar, pero se ha escogido como fecha simbólica el año 1650, según Constantino Maradei.
El proceso evangelizador frente a la ubicación de los nativos llevó a que muchos sacerdotes atendieran comunidades muy apartadas, por ello celebrar la Eucaristía muy temprano era una opción para atender otras realidades; asimismo, se permitía a los nuevos cristianos participar de la Eucaristía antes de ir a sus trabajos.
Esta costumbre permitió que los frailes en su necesidad pastoral, y afán evangelizador, adoptaran la celebración matutina de la Eucaristía. Esta realidad en el adviento fue adquiriendo mayor fuerza, agregando instrumentos y cantos autóctonos. En las misas de aguinaldo se usaba música autóctona de la región, los cantos llamados aguinaldos, las posadas de casa en casa, la novena junto al rosario, las representaciones teatrales de textos del evangelio, las tradiciones que iban envolviéndose de fe y el crecimiento de los nativos en el carácter litúrgico y de religiosidad popular propio de este tiempo de evangelización.
Por tanto, la celebración en la madrugada de estas misas tiene varias teorías: una de carácter funcional ya descritas, otras de precepto litúrgico de la época con el ayuno eucarístico y otra con razón teológica por la llegada del Mesías: la navidad.
Un privilegio
La historia de la Iglesia en Venezuela rica en sus tradiciones, ritos y celebraciones, posee un privilegio para la celebración de las misas de aguinaldo y las tradiciones que ella conlleva. También es cierto que poco se ha escrito en relación a esta temática en Venezuela, a pesar de ser una celebración arraigada desde hace muchos años. Algunos hablan de un decreto de León XIII a los prelados venezolanos, pero no se cuenta con respaldo físico.
Lo que sí nos consta es el trabajo que, como Iglesia en Venezuela, se ha venido realizando a partir del siglo XIX y principios del XX para determinar esta concesión especial del pontífice. Será con León XIII que Guzmán Blanco opera una persecución a la Iglesia en Venezuela. En medio de ella, se ubica en 1888 esta concesión de las misas de aguinaldo para fortalecer de viva voz al episcopado que, conociendo la situación del país, buscaba acrecentar el evangelio con la llegada del Salvador.
Para concluir, podemos apreciar la fuerte influencia de España y sus experiencias evangelizadoras en México; y que una vez constituido en 1804 el primer arzobispado en Caracas con sus dos diócesis sufragáneas: Mérida y Guayana, fueron creando un cimiento en ese deseo de establecer elementos de fe que caracterizan nuestra cultura y religiosidad. Es así como en el siglo XIX se presume fue dado este privilegio de las misas de aguinaldo para Venezuela, expresión de querer vivir la Encarnación de Dios en medio de nosotros desde un diálogo contínuo entre fe y cultura que nos anime en la situaciones difíciles y exitosas.
Pbro. Jhonny Zambrano