EDITORIAL
“Dios quiere para Venezuela un futuro de esperanza”, dicen los Obispo en la Exhortación Pastoral que publicaron al finalizar su CXII Asamblea Plenaria en Caracas. Y es cierto, siempre la voluntad del Señor es que su pueblo mantenga la esperanza, la única arma para combatir el desánimo y la tristeza en medio de la crisis.
El irrespeto a los Derechos Humanos, la falta de servicios médicos y bienes básicos en Venezuela debe ser afrontada desde la esperanza del peregrino, que pese al cansancio no se detienen porque sabe que llegará a la meta para vivir la satisfacción de superar los obstáculos.
Los Obispos venezolanos que viven las mismas urgencias del pueblo venezolano, están claros, el obstáculo a superar es la corrupción, el sistema político que arruino el país, y el líder negativo que los condujo a ello. El episcopado de Venezuela, pide “la salida de quien ejerce el poder de forma ilegítima y la elección en el menor tiempo posible de un nuevo Presidente de la República”.
La vía Constitucional es la más racional a la exigencia de la virtud de la esperanza, que también requiere de la misma renovación ética y espiritual que mencionaron los Obispos en la Exhortación Pastoral. Pues si continuamos ceñidos al relativismo moral, la salida seguirá siendo oscura a pesar de que se produzca un cambio político.
Pbro. Johan Pacheco
@padrejohan