La V Conferencia del Episcopado Latinoamericano celebrada en Aparecida, en Brasil en el 2007, fue un acontecimiento eclesial que quedó plasmado en un documento pastoral, donde se ha dado un paso adelante, en cómo preparar un itinerario de la nueva pastoral urbana.
Su propuesta pastoral a mi manera de ver, esta plasmada en un itinerario de cinco pasos: comunicar la persona de Jesucristo desde el Kerigma para crear una nueva manera de ver a Dios, la misión de la pastoral urbana debe ser concreta y permanente, poder contemplar en la cultura urbana la propuesta de Dios, ver como Dios vive en medio de la ciudad y una pastoral urbana más misionera del centro a las periferias.
Lee también: Parroquia Sagrado Corazón de Jesús consagrará sus familias durante la fiesta patronal
En los próximos artículos reflexionaré cómo encarnar en las ciudades de la Iglesia Local de San Cristóbal este itinerario. Ahora me dispongo a presentar el primero: comunicar la persona de Jesucristo desde el Kerigma para crear una nueva manera de ver a Dios.
Para conocer a Jesucristo es necesario tener un encuentro con él, a veces es necesario un Juan Bautista que haga posible esa presentación, en otros contextos son las circunstancias de dolor o alegría que permiten encontrarlo. Uno de los criterios necesarios para poder planear pastoralmente esa presentación, es preparar la recepción del Señor y la celebración de ese encuentro.
Para que esto se ajuste dentro de las estructuras eclesiales (parroquias, colegios y universidades católicas, retiros, formaciones, encuentros masivos, convivencias…), que son las mediadoras para estos encuentros con Jesús, es necesario una conversión pastoral en las formas manteniendo el fondo del mensaje, permitiendo con creatividad de espacios y tiempos, gestos y palabras una conversión personal en el sujeto que recibe el mensaje.
Discípulos
La misión es comunicar a Cristo que es la vida de Dios para el hombre, para que el hombre viva en, con y desde Dios. El discipulado es misionero y la misión es discipular. El discípulo fundado sobre la roca de la Sagrada Escritura se siente impulsado a llevar a sus hermanos la salvación; discipulado y misión son las caras de una misma medalla, un discípulo enamorado no podrá dejar de anunciar a su Señor. Por lo tanto, la evangelización desde este discipulado misionero en la ciudad debe tener tres focos: los pobres, la promoción humana integral y la auténtica liberación cristiana (Cfr. DA 146).
La misión es un dinamismo propio y esencial de la permanente vida cristiana y no una consecuencia de un tiempo de formación o una eventualidad religiosa. El discipulado misionero es una respuesta a los desafíos de la pastoral urbana que es necesario repensar. Aparecida en el nuevo contexto de las ciudades, nos invitó a revivir la expresión “nueva evangelización”, colocando el foco en la atención especial de la iniciación cristiana y la catequesis kerigmática, renovando y revitalizando la novedad del Evangelio.
Le puede interesar: El Papa: En el encuentro entre jóvenes y ancianos Dios nos da su futuro
Esta acción evangelizadora kerigmática no se reduce a catequesis preparatoria de los sacramentos, por el contrario, desde las comunidades eclesiales de nuestra Iglesia Local fundamentadas en los grupos de apostolado y las CEB, se puede repensar cómo formar discípulos misioneros que salgan a los espacios propios de la ciudad a presentar una nueva evangelización.
El Espíritu Santo será el artífice principal de la “nueva evangelización”, la originalidad está en promover y formar discípulos que comuniquen el encuentro con Jesucristo, para ello aconsejo asumir estos cinco verbos para crear acciones pastorales evangelizadoras en nuestras comunidades eclesiales: relanzar, renovar, revitalizar, recrear y reiniciar. ¿Cómo puedes aplicarlas en tu contexto eclesial?
Pbro. Jhonny Alberto Zambrano Montoya