30.5 C
Venezuela
miércoles, noviembre 12, 2025
HomeOpiniónUnamuno, sufrimiento y agonía

Unamuno, sufrimiento y agonía

Date:

NOTAS RELACIONADAS

Monseñor Rivas confirmó 45 jóvenes y celebró fiesta patronal de parroquia Divino Maestro en la UNET

La misa fue presidida por el obispo de la Diócesis de San Cristóbal, acompañado del diácono, Freddy Ruiz, el presbítero Gabriel Pernía, autoridades de la universidad y el pueblo de Dios

Parroquia Sagrario Catedral realizó misa con reliquias de San José Gregorio Hernandez y Santa María Carmen Rendiles

La santa misa fue presidida por el párroco, presbítero José Lucio León, acompañado del diácono, José Parada, la sierva de Jesús, Eva Aristigueta y el pueblo de Dios

Realizado 7mo. Festival de la Familia de la Diócesis de Maracay

Uno de los momentos más conmovedores del día fue el espacio dedicado a los testimonios familiares. Varias familias compartieron, con honestidad y profunda fe

IA y medicina, Pegoraro: el paciente es un conjunto de emociones

El evento organizado conjuntamente por la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC) y la Pontificia Academia para la Vida (PAV) se desarrolló en cuatro sesiones, que culminaron con la publicación de un documento final difundido

Supuestas apariciones de Dozulé no son sobrenaturales

Ya en abril de 1983, el entonces obispo diocesano Jean-Marie-Clément Badré afirmaba que «en ningún caso la construcción de una cruz monumental emprendida en Dozulé (...) puede ser un signo auténtico de la manifestación del Espíritu de Dios»
spot_imgspot_img

Uno de los poemas más hermosos y profundos de la Literatura Española es El Cristo de Velázquez (1920) de Miguel de Unamuno. En uno de sus versos apunta: “Sin Ti, Jesús, nacemos solamente para morir; contigo nos morimos para nacer y así nos engendraste”. En esas líneas ya podemos comprender la perspectiva del cristianismo de Unamuno: la de buscar la verdad en la vida y la vida en la verdad, “aun a sabiendas de que no he de encontrarla mientras viva; mi religión es luchar incesante e incansablemente con el misterio; mi religión es luchar con Dios desde el romper del alba hasta el caer de la noche”.

Lee también. Papa Francisco: abrazar la cruz no es signo de fracaso, es tocar la herida de ese hermano

Unamuno nos muestra un cristianismo desde la agonía en cuanto a que, ese Dios con el que se compromete a luchar, es uno que se revela en el sufrimiento suyo y nuestro. Sufrimiento que exige nuestro amor y, precisamente porque sufre exige ese amor. En su sufrir nos da su amor para cubrir así nuestro tormento con el tormento eterno e infinito. Así queda evidenciado en su Agonía del Cristianismo (1931), donde explaya su visión tan personal y existencialista.

Juan Pablo II en Salvifici doloris, casi reflexión profética de su existencia, penetra en el sentido salvífico del sufrimiento humano. En ella expresa que, cuando el hombre es movido por el amor, el sufrimiento humaniza y diviniza a aquel que se deja conducir dócilmente por el designio del Padre. El sufrimiento no es enemigo del hombre, sino todo lo contrario. Sin embargo, Unamuno llevó esta reflexión al punto de ver en él un tránsito a la divinidad, más que un tránsito, un atributo eterno de Dios. Esto, por supuesto, es una exageración. Una exageración que nos servirá para expresar que en el sufrimiento de Cristo y en todo sufrimiento en Cristo y por él se manifestará de modo supremo la gloria y la eternidad de Dios.

El amor de Dios por los hombres queda expuesto en el cuerpo expuesto de Cristo en la cruz. Un Dios sufriente, resalta convencido, no puede ser un Dios que da el sufrimiento, sino un Dios que con el suyo enjuga toda lágrima consolando todo dolor.

Lee también: Un movimiento de apertura, nueva obra sobre el Mensaje de Cuaresma del Papa

Hemos entendido la palabra agonía como próxima a lo moribundo, a lo decadente, pero cuando Unamuno nos habla de ella lo hace a partir de su origen etimológico. La palabra agonía proviene del griego agón que significa “lucha”. Está referida a la lucha existencial del ser humano cuando se siente próximo a la muerte: “Al cristianismo hay que definirlo agónicamente, polémicamente, en función de lucha”, escribe. Lucha que Unamuno degusta en la pluma de San Pablo. En él va a comprender el combate entre la resurrección de la carne (esperanza judaica, farisaica, psíquica) con la inmortalidad de alma (esperanza helénica, platónica, espiritual).

Agonía o lucha que el cristiano debe ir definiendo a partir de un Dios que ama tan intensamente a su criatura que se deja arrastrar para compartir su mismo destino. Unamuno vislumbra la infinita libertad de Dios plegada al destino del hombre, allí nuestro drama histórico que entra así al profundo y misterioso sentido de la misma vida divina. El cristianismo de Unamuno no se sostiene en una fe sencilla del sólo sí creo, tampoco en la paz del alma religiosa, ni en la racionalización del misterio, sino en una divina intranquilidad. El cristiano auténtico, según Unamuno, es el que no extingue esa contradicción sino que vive en ella porque está apostada en su conciencia: el hombre es contrariedad sin esperanza de solución ni conciliación. Paz y bien.

Valmore Muñoz 

NOTAS RELACIONADAS

Monseñor Rivas confirmó 45 jóvenes y celebró fiesta patronal de parroquia Divino Maestro en la UNET

La misa fue presidida por el obispo de la Diócesis de San Cristóbal, acompañado del diácono, Freddy Ruiz, el presbítero Gabriel Pernía, autoridades de la universidad y el pueblo de Dios

Parroquia Sagrario Catedral realizó misa con reliquias de San José Gregorio Hernandez y Santa María Carmen Rendiles

La santa misa fue presidida por el párroco, presbítero José Lucio León, acompañado del diácono, José Parada, la sierva de Jesús, Eva Aristigueta y el pueblo de Dios

Realizado 7mo. Festival de la Familia de la Diócesis de Maracay

Uno de los momentos más conmovedores del día fue el espacio dedicado a los testimonios familiares. Varias familias compartieron, con honestidad y profunda fe

IA y medicina, Pegoraro: el paciente es un conjunto de emociones

El evento organizado conjuntamente por la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC) y la Pontificia Academia para la Vida (PAV) se desarrolló en cuatro sesiones, que culminaron con la publicación de un documento final difundido

Supuestas apariciones de Dozulé no son sobrenaturales

Ya en abril de 1983, el entonces obispo diocesano Jean-Marie-Clément Badré afirmaba que «en ningún caso la construcción de una cruz monumental emprendida en Dozulé (...) puede ser un signo auténtico de la manifestación del Espíritu de Dios»

DC.RADIO

RECIENTES

spot_img

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here