El pasado 16 de febrero, el presbítero Miguel Antonio Duque Sánchez, párroco de la iglesia Santísima Trinidad de Pirineos II dio gracias por el décimo aniversario de su ordenación sacerdotal.
Con la presencia del obispo Diocesano monseñor Lisandro Rivas, el obispo emérito de San Cristóbal monseñor Mario Moronta, el obispo emérito de Mérida, monseñor Luis Márquez, un grupo de sacerdotes de esta Iglesia local y los fieles de la comunidad parroquial, se vivió la acción de gracias por los logros pastorales que durante una década ha alcanzado el padre Miguel.
Lea también: San Román: “Austero y buen abad, a ti dirigimos confiadamente nuestras oraciones”
La homilía estuvo a cargo del presbítero Edgar Sánchez, párroco de Nuestra Señora del Carmen, quien manifestó que el pasaje del evangelio recuerda que la verdadera felicidad está en aceptar y cumplir la palabra de Dios. Señaló que el sermón de las bienaventuranzas abre la puerta al mandamiento del amor que fue proclamado y cumplido por Jesucristo.

Añadió que a las bienaventuranzas sigue el lamento hacia quienes ignoren el pedido del Señor. «Son dos horizontes entre los que se puede elegir: por la vida o la muerte. No hay términos medios. La felicidad del hombre radica en obedecer a Cristo, el bienaventurado, en quien se cumplió cada palabra del sermón de la montaña».
Citando al Papa Francisco, dijo que las bienaventuranzas junto con las obras de misericordia, son la guía para alcanzar la vida eterna, culmen de la esperanza cristiana.
El padre Edgar Se dirigió al padre Miguel animándole a perseverar en un programa de vida a la luz de las bienaventuranzas.
Le peude interesar: ¿Quién forma la autoestima en el ser humano?
«Te conozco desde los 11 años, el Señor te ha bienaventurado para que seas esperanza para los demás. Al recibir los sacramentos, al inspirarte la vocación sacerdotal, al permitirte realizar estudios en Roma y en cada labor encomendada en los 10 años de presbítero. Aún en medio de los momentos difíciles el Señor ha estado y seguirá estando a tu lado».

Expresó que en la parroquia Santísima Trinidad, el padre Miguel está dejando las primicias de su sacerdocio con obras para el bien de los que sufren, cómo en las bienaventuranzas.
«Pedimos a la Trinidad Santa para que persevere en su ministerio, identificado y configurado a Cristo sumo y eterno sacerdote y para que siga dando el testimonio como Pablo: «No soy yo quien vivo, sino Cristo quien vive en mi»
Puntualizó diciendo que un buen pastor es el tesoro más grande que puede tener una parroquia: «El sacerdote es un hermano de los fieles y juntos son peregrinos de esperanza».
Propuestas
Al finalizar la eucaristía, el padre Miguel Duque agradeció a Dios por su vocación y a los fieles de la parroquia por su cercanía, oraciones, cariño, amistad y trabajo pastoral.

En esta celebración, el sacerdote entregó a monseñor Lisandro Rivas una propuesta de catequesis para la Diócesis de San Cristóbal basada en el directorio general de catequesis, las Sagradas Escrituras, documentos de la iglesia y el sínodo Diocesano. Igualmente presentó para consideración del Obispo y del presbiterio un proyecto para el Fondo de ahorro, previsión y asistencia social al sacerdote (Fonpas).
Finalmente informó sobre el logro, de la renovación del comodato del terreno del complejo parroquial por 15 años.