La comunidad de los creyentes al adquirir la condición de ser Hijos de Dios, comienza a participar en la misión profética, sacerdotal y real de Cristo. Por los méritos del bautismo es incorporada a la vida de la fe y es dotada de ciertas capacidades que le permiten interpretar y asumir los misterios revelados.
Una de esas capacidades, es precisamente el sensus fidei, entendido como el sentido de fe, que tienen los fieles para ir entendiendo y discerniendo los aspectos de la vida de fe en la Iglesia, de manera sobrenatural con la asistencia del Espíritu Santo.
Este sensus fidei necesita del ambiente eclesial, para desarrollarse de manera autentica. En efecto, dentro del ambiente eclesial especialmente en Latinoamérica existen experiencias de religiosidad popular que denotan características que son las peregrinaciones, devociones.
Pensar en el sensus fidei es pensar en la religión de los pueblos, de los pobres y de los sencillos, con plena conciencia de que muchas de sus manifestaciones de fe han nacido de la experiencia.
Hoy las experiencias religiosas populares, según el Santo Padre Francisco tienen mucho que enseñar a los pueblos, porque en ellas se encuentra un lugar al que se debe prestar atención.
El Sensus fidei en la religiosidad popular
El sentido de fe de los fieles «Sensus fidei» ha experimentado una renovación en los últimos años. Si bien la reflexión teológica actual no ha llegado a una interpretación satisfactoria del término, a raíz del dato revelado y partiendo de los argumentos bíblicos e históricos se puede descubrir su impacto en el desarrollo de la fe y por ende en el surgimiento y veracidad dentro de la religiosidad popular. El sentido de la fe de los fieles constituye así un hecho fundamental en el dinamismo del creyente y su relación con Dios.
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Tres realidades unidas entre si
Según la reflexión teológica reciente, para comprender el termino en cuestión, es necesario conocer tres realidades que en complementariedad componen el verdadero sentido de fe de los fieles: Sensus fidei, Sensus fidelium y por consiguiente consensus fidelium. El primero es definido como una «capacidad personal de cada bautizado para penetrar de modo connatural y con la ayuda del Espíritu, en las conexiones internas y en la profundidad del misterio cristiano» La fuerza del Espíritu Santo le otorga así a cada fiel creyente el don de discernimiento ante los acontecimientos de la fe, para luego partiendo de la luz natural de la razón, internarse en el dinamismo de la fe.
La reflexión teológica del concilio vaticano II
Define este sentido de fe, como una participación del pueblo santo en el carácter profético de Cristo.
Por otra es necesario, definir el Sensus fidelium, como una categoría consecuente al sentido de fe que poseen los creyentes. Si bien la capacidad personal de adentrarse en el misterio de Cristo viene como un don del Espíritu Santo, la misma no es eficaz si no es ejercida a la luz de una comunidad eclesial que haga fructífera la acción del Espíritu. Su acción se basa en comunicar a los fieles reunidos la comprensión de los misterios de la revelación. Es por ello que el Sensus fidelium «designa la función eclesial del testimonio propio del conjunto de los creyentes, que no sería posible sin la capacidad previa de cada uno.»
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Reflexión del sentido de la fe de los fieles
Se realiza de modo particular en las diversas manifestaciones de religiosidad donde una vez escuchado ese reflejo natural de la fe y puesto en la vivencia eclesial, se experimenta una forma de ser Iglesia. No obstante, para que se lleve a cabo esta forma de ser Iglesia, la fe es precedida por un proceso de inculturación que se refleja en nuestros pueblos y su manera de creer.
Precisamente «la teología debe recoger las representaciones de la fe de la Iglesia partiendo del Sensus fidelium»
Existiendo un sentido de fe inserto en una comunidad eclesial y un acuerdo moral, espiritual, se puede dar significado del consensus fidelium como fruto de la vivencia de los sentidos expuestos. El creer está vinculado a la fe, quien cree es capaz de comprender, de ahí que exista una profunda unión entre el credere y el sensus fidei .
Importancia del factor eclesial
El desarrollo del común acuerdo de los fieles, quienes dóciles a la inspiración del Espíritu asumen las verdades de fe construyendo así desde su propia realidad la Iglesia. Sin la Iglesia es imposible desarrollar ese consenso o común acuerdo.
El sentido de fe en la religiosidad popular, cobra así un sentido de vital importancia, pues muchas de las manifestaciones de fe, catalogadas dentro de la religiosidad popular nacen precisamente del consenso de los fieles, así como de la escucha de la Palabra de Dios y de la vivencia de la fe comunitaria.
El evangelio de Lucas atestigua esta verdad, como un don de Dios, dado los humildes (cfr. Lc 10,21), pues dentro de esa intuición de los sencillos se encuentra un acceso a las profundas verdades de la fe. No cabe duda que las manifestaciones del sentido de los fieles, vienen acompañada de elementos propios de los pueblos, «lo que hace a la religión católica popular del pueblo latinoamericano, en su forma más característica expresión de la fe católica».
¡Vivamos con sentido de fe, el regalo de la Iglesia, sin menospreciar las manifestaciones de fe de los sencillos para caminar juntos hacia la Jerusalén celestial.!