En el transitar del Itinerario de Familias que lleva adelante la parroquia eclesiástica Santísima Trinidad, el Obispo de San Cristóbal, Monseñor Mario Moronta participó en un encuentro para conversar sobre la familia como Iglesia Doméstica, es decir el hogar como reflejo de la Iglesia Universal.
El pastor Diocesano inició su intervención con el lema “en la casa está el hogar” para recordar que el espacio donde hace vida la familia es, como la iglesia, un lugar de encuentro en el amor de la pareja en primera instancia, y luego el amor de los hijos, los hermanos y los abuelos. Explicó que así como en lo civil la familia se define como base fundamental de la sociedad, para la doctrina cristiana la familia es la célula fundamental de la Iglesia, pues en ella es donde se aprende a creer en Dios, a amar al prójimo y a tener fe.
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“La iglesia doméstica es la familia. Es santa porque es el santuario de la vida; católica, universal y apostólica porque hace apostolado (…) es el primer lugar donde hay que evangelizar, dar la buena noticia de Dios en palabra y en obra, la obra del amor, del servicio, de la comunión”. En este sentido, la paternidad y la maternidad constituyen un ministerio que implica responsabilidad y entrega, que se complementan y se fortalecen en los sacramentos y en la oración, expresó el Obispo.
Cuando se refiere a la familia como célula fundamental, se alude a su vitalidad y por ende su llamado a actuar en nombre del Señor, a ser efectivamente la primera escuela de fe y la primera experiencia de comunión, a la luz de un gran ejemplo: el de la Sagrada Familia de Nazareth, el hogar que se conformó a partir del Sí de María, de la obediencia de José, y del humilde advenimiento de El Salvador. Así, es bueno reflexionar sobre los episodios que narran las escrituras: la encarnación, el nacimiento, la presentación y los primeros años de Jesús, el modelo de apego a los mandamientos, y de confianza en el Creador.
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Monseñor Moronta invitó a las parejas a recurrir a la Palabra de Dios como fuente de sabiduría para comprender y afirmar los valores fundamentales del ser humano: la vida, la persona y la familia. Recomendó especialmente los libros sapienciales: Proverbios, Cantar de Los Cantares, Jacob y Eclesiastés. Y como corolario, la oración y la eucaristía como sustento espiritual que lleva a hacer realidad la misión de la Iglesia Doméstica.
Ana Leticia Zambrano