Fue el 14 de junio del pasado año 2022, cuando en las inmediaciones de la avenida Marginal del Torbes, a la altura del sector de Puente Real, en el municipio San Cristóbal, fue instalado un punto de atención a los caminantes que se desplazan hacia el eje de frontera.
Jesús Márquez, quien forma parte de este equipo de apoyo, señaló que ha sido una labor titánica la realizada hasta ahora, pues diariamente puede llegar atender desde 20 hasta 70 personas, quienes tomaron la decisión de huir del país, en búsqueda de mejores oportunidades de vida.
Estas personas quienes llegan al estado Táchira provenientes de diversos estados del país, llegan a tener hasta más 20 días caminando, muchas veces sin comer o darse un baño.
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Es por ello que desde la Diócesis de San Cristóbal se acordó instalar varios puntos para brindar hidratación, alimentación y asesoría a los hombres y mujeres que desean llegar a Colombia.
“Tenemos varios puntos, está el del peaje de Vega de Aza, Terminal de Pasajeros, el de Capacho Viejo y por último la casa de paso que se encuentra en San Antonio”, dijo.
“Nosotros buscamos apoyarlos en este trayecto dándole un vaso de jugo, una arepa, incluso hasta ropa, pues en ocasiones contamos con donaciones y se las damos a ellos que a veces llegan solo con dos mudas en el bolso”, expresó.
Este fenómeno que se agudizó en los últimos años, le ha dejado a Márquez múltiples historias, donde a diario ve la mirada de cada adulto o anciano, el cansancio de una lucha contra las adversidades de Venezuela.
Indicó que al momento que llegan los caminantes, anexan sus nombres a una data, les ofrecen comida y los orientan en lo que será el trayecto hacía los municipios Bolívar y Pedro María Ureña, donde les aconsejan que no caminen solos en horas nocturnas, debido a que corren el peligro de ser interceptados por grupos armados.
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“A lo largo de la vía no hay energía eléctrica, entonces les decimos que se queden en Capacho y continúen el viaje en horas del días para así evitar ser víctima no solo de trata de personas, también de robos y otros delitos”, aseveró Márquez.
Recordó que en estos grupos viajan muchos adolescentes y niños, quienes podrían ser captados por bandas delincuenciales para prostitución o trabajo forzado.
“En un solo día atendimos hasta 65 personas, incluso en un momento que teníamos transporte hasta Capacho, se trasladaron 25 personas que eran de una misma familia, donde iban la bisabuela, abuela, mamá, y los hijos, quienes venían desde Lecherías y tenían como destino Chile”, apuntó.
Para Márquez los relatos son más fuertes que otros, aun así siempre está presto para ayudar a quienes así lo requieran, siendo esta la misión encomendada por la Diócesis de San Cristóbal.
Pendulares
Otras personas que son atendidas en el punto son los conocidos “caminantes pendulares”, quienes vienen de retorno al país, bien sea para establecerse nuevamente, de visita o para llevarse al resto de su familia.
Si bien es cierto que no superan en número a los que se marchan, si se registran casos, cuyos venezolanos optan caminar para así ahorrar costos de pasaje e incluso alimentación.
“Muchos vienen de regreso porque vienen a llevarse a su esposa, hijos, y prefieren venirse caminando para guardar el dinero para cuando se vuelvan a ir”, señaló Márquez.
Maryerlin Villanueva