Ágora
Una columna para la opinión
En Atenas, Pablo aprovechaba a los visitantes
del Ágora para discutir
con ellos todos los días (Hch.17, 17)
¿Qué es la Teología? (I PARTE)
«Quiso Dios, en su bondad y sabiduría, revelarse a sí mismo y manifestar el misterio de su voluntad (cf. Ef 1,9)», es decir, que todas las personas, «por medio de Cristo, Verbo hecho carne, tuvieran acceso al Padre en el Espíritu Santo y llegaran a ser partícipes de la naturaleza divina (cf. Ef 2,18; 2 Pe 1,4) Así nos lo recordaba el concilio Vaticano II, Acontecimiento trasversal en la comprensión del quehacer teológico en estos tiempos. Y es que dar respuesta a la premisa inicial, nos lleva a pensar en la intención de Dios de revelarse a todos los pueblos, Él es el objeto propio del estudio de la Teología.
Si bien podemos hablar de la Teología como la ciencia de Dios, en la que «la razón del creyente, guiada por la fe teologal, se esfuerza en comprender mejor los misterios revelados en sí mismos y en sus consecuencias para la existencia humana», no podemos agotar el concepto en definiciones, pues la teología no busca formulaciones académicas de las verdades de fe, sino una exposición sistemática y ordenada de la experiencia de Dios, esto entendido más tarde en la organización disciplinar de las misma ha permitido la comprensión de Dios desde múltiples escenarios. En otras palabras, se puede definir también como la capacidad para penetrar en el misterio del mismo Dios desde la experiencia de los hombres. Sin embargo, hablar de teología implica pensar en la profunda unión que tiene la misma con la Sagrada Escritura y la Iglesia. Estas realidades unidas componen la experiencia del quehacer teológico.
Volvamos a pensar en el Concilio Vaticano II
como referente para el desarrollo teológico del siglo en curso… Los grandes teólogos del siglo pasado (Karl Barth, Karl Rahner, Hans Urs von Balthasar, Yves Congar, Gustavo Gutiérrez, Henri De Lubac, Edward Schillebeeckx, Juan Pablo II, Carlo María Martini, Joseph Ratzinger, entre otros grandes pensadores) hicieron teología precisamente porque en un tiempo de gloriosos cambios para la Iglesia, fueron capaces de poner en diálogo a los hombres con Dios, siendo fieles a la Sagrada Escritura, a la Tradición y el magisterio, hablando también con el mundo.
Recientemente la teología, ha experimentado una revalorización, situada en la reflexión de un Dios que no cambia, que es el mismo ayer hoy y siempre (Hb 13,8) y sin embargo se encarna en la historia de los hombres para traer la redención. Esta acción es llevada a cabo por la Iglesia a través del magisterio que, leyendo los signos de los tiempos, hace a la Iglesia y por ende a la teología, experiencias dinámicas y no estáticas. De ahí que cada uno pueda preguntarse por la acción de Dios en su vida y en su entorno, para iluminar su propia experiencia. Esto es Teología, la interpelación que hago desde la experiencia en Dios de lo que me ocurre. Una teología unida, vista de diversos escenarios permite forjar un criterio teológico.
Escenarios teológicos
Hoy podemos hablar de escenarios teológicos que a distintos niveles permiten interpretar el quehacer teológico: el escenario magisterial , que de manera solemne marca la ruta de formación y edificación de la vida teologal cristiana, el escenario académico que día tras día lee los signos de los tiempos para interpretar la acción de Dios, el escenario cultural y social que muestra la riqueza de un Dios universal, pero también el escenario popular, que en manifestaciones sencillas de fe, muestran la acción de Dios en medio de los pobres. Todos estos escenarios componen las perspectivas teológicas de la definición de teología, ya que, sin ánimo de desvirtuar la ciencia teológica, cada uno puede interpelarse para comprender mejor los misterios de fe revelados y con una plena adhesión al espíritu de la Iglesia aportar al desarrollo teológico en un mundo de constantes cambios.
Hoy la teología tiene como desafío, el permanente diálogo con el mundo en la lectura de los signos de los tiempos. No podemos conformarnos con una teología ilustrada en ideas abstractas, sino en una reflexión adherida responsablemente al depósito de la fe, que sea dinámica y consciente del querer de Dios reflejado en la Sagrada Escritura: La Salvación de los hombres. Ese dinamismo teológico, debe llevar a preguntarnos por el ser y quehacer de la teología, así como también ¿Qué es la teología hoy? ¿Hacia dónde va la reflexión teológica en un mundo cambiante? o ¿Quiénes pueden hacer teología? para mostrarnos como miembros vivos del cuerpo de Cristo en medio de la humanidad.
Leonardo Vivas
Continuará…
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