Pbro. Jhonny Alberto Zambrano Montoya
Fe creída, Fe vivida
El Concilio Vaticano II (1962-1965) marca un nuevo comienzo. Implicó una serie de aperturas de la Iglesia al mundo y un nuevo tipo de relaciones, esto quedó marcado de manera especial en la Constitución Pastoral Gaudium et Spes (GS), donde la Iglesia se sentía íntimamente solidaria con el género humano y su historia, para muchos era un signo de un nuevo compromiso para los cristianos en el mundo social, económico, político y cultural.
En Venezuela la documentación de la CEV «en los primeros años posteriores al Concilio Vaticano II se centra primordialmente en una perspectiva intra eclesial». La crisis sacerdotal, será el motivo para que los documentos giren en torno a esta problemática. Ante esto
¿CÓMO SE VIVE EL ESPÍRITU DEL CONCILIO EN VENEZUELA?
En 1971 se celebró el primer Congreso Nacional en Barquisimeto y el Interamericano en Caracas sobre el desarrollo integral del hombre, el cual arrojó un diagnóstico digno de tener en cuenta. Estas conclusiones están recogidas en un tomo titulado: Primer Congreso Integral del Hombre, Caracas 1972.
Pero será a partir de 1973 cuando los documentos de la CEV toquen temas sobre Iglesia y Política. El pensamiento católico progresista del CVII y Medellín se formaron numerosos activistas sociales y líderes políticos de COPEI, así como muchos dirigentes de izquierda.
La revista SIC en algunos de sus artículos (SIC 334/1971,182 – 338/1971,385) manifestará alegría, porque los obispos inician a hablar sobre temas que expresan la nueva relación Iglesia-sociedad, al igual que la situación social en torno a temas como la familia, la educación y el futuro del país.
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En este contexto la pastoral ad extra de la Iglesia notaba un proceso lento, cabe recordar las palabras de san Pablo VI al embajador Francisco Romero Lobo el día de la presentación de credenciales (27 marzo 1972):
«Frente a ellos, los problemas del mundo de hoy, no pretende la Iglesia formular soluciones de tipo económico o político, sino iluminar el espíritu humano para que el hombre, por un camino de promoción integral pueda llegar a ser el dominador de la tierra (Gn 9,2) de manera que por encima de sus limitaciones materiales, tenga la posibilidad de mirar más alto […] para un cristiano, ningún hombre puede ser un desconocido ni un extraño; cada hombre ha de ser su hermano, y, si entre todos los hermanos se establece una escala de preferencia, esta será siempre en favor de los más pobres y necesitados, de los obreros, de los campesinos, de los marginados».
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Los documentos de la CEV, luego de 1973 fueron en esta línea, basados en la problemática sociopolítica, que despertó polémicas en la opinión pública, entre ellos los escritos y opiniones de algunos obispos como D. Roa, C. Benítez, R. Bernal, C. Maradei, Parra León y O. Pérez Morales, por citar algunos, los cuales denunciaron situaciones que causó molestia a algunos políticos y grupos de presión. «Los obispos mudos solo son dignos de los pueblos oprimidos. El pueblo cristiano de Venezuela espera que sus obispos hablen, prediquen, escriban, tomen posiciones, se comprometan, en armonía de planes e intenciones» (SIC 374/1975, 169).
De igual forma, LA VIDA PASTORAL asumió una nueva perspectiva, ahora con una mirada ad extra en la década del 70, fruto del Concilio. En este periodo, los consejos presbiterales y pastorales van perfilando sus funciones y dinámica. La experiencia de los ministerios se inicia a encaminar. Las comunidades religiosas van adquiriendo compromiso social. Se desarrolla la conciencia colectiva de los laicos. Nacen una editorial católica: Trípode, dos nuevas revistas: Iglesia Pascual e Iglesia Venezuela que contribuyen a comunicar las reflexiones en diversos ámbitos, de manera especial el social-político, el Instituto Nacional de Pastoral, Centros de Estudios teológicos para religiosos, son frutos Conciliares.
MEDELLÍN
¿CUÁLES FUERON LAS COORDENADAS ECLESIALES Y TEOLÓGICAS QUE GUIARON SU REALIZACIÓN?
Podemos referir tres. La primera, la recepción en América Latina de la Gaudium et Spes. La segunda, los comienzos del CELAM, creado en 1955 en Río de Janeiro (Brasil), que ayudó a moldear, la fisonomía de una identidad eclesial latinoamericana como misterio de comunión al servicio del pueblo de Dios. La tercera, el debate provocado por la Populorum Progressio en sus numerales 30 y 31.
En Medellín se daba un AMBIENTE COMPLEJO Y DE DIFÍCIL GESTIÓN. Cuba trataba de exportar su experiencia comunista presentando cierta compatibilidad entre marxismo y cristianismo, se hacía notar su influencia en muchos de los gobiernos dictatoriales o de sistemas autoritarios, inundados de militarismo, así como el impacto de las guerrillas de índole marxista, siendo reciente la muerte de Camilo Torres en 1966, todo era alentado por la revolución cubana.
Por otro lado, gran parte de los líderes religiosos latinoamericanos se habían formado en Lovaina-París-Lyon, siendo influenciados por el denominado Progresismo Cristiano, así como la influencia del Humanismo Integral de J. Maritain.
La situación social, política y económica de los pueblos de América Latina era de miseria y marginación, fruto de injusticias y desigualdades. Esto producía interrogantes a la acción pastoral de la Iglesia y exigía respuestas decisivas. Ante esto, Medellín interpretó los signos de los tiempos en América Latina, asumiendo la promoción integral del hombre, entre ellos resaltó la pobreza injusta donde muchos tienen poco y pocos tienen mucho, diría san Pablo VI.
LA MISERIA ES UNA INJUSTICIA, por tanto pecado, donde su liberación es la salvación. De aquí, que en Medellín se colocan las bases sobre la opción preferencial por los pobres que luego Puebla asumiría y que sirvió de estímulo a la llamada Teología de la Liberación, que trajo tensiones al interior de la Iglesia en América Latina, unido a interpretaciones ideológicas y radicales que debió una clarificación del Magisterio, pero que también dio frutos en la acción social de los cristianos en la construcción de una sociedad más justa y solidaria.
Medellín se convertía en LA EXPERIENCIA DE UN MOMENTO HISTÓRICO CON LA PRIMERA VISITA DE UN PAPA A LATINOAMÉRICA. Uno de los puntos tratados en sus discursos fue el de la liberación del hombre, pero ¿A qué tipo de liberación se refería? Ciertamente hablaba de aquella liberación que opera en el mundo mediante la salvación hecha por Dios en Jesucristo, la cual inicia con la conversión del hombre. Esta liberación se diferenciaba claramente de aquella sociopolítica y económica, que estaba tratando de entrar en aquel momento en los países latinoamericanos.
POR VENEZUELA asistieron a Medellín, los obispos Henríquez, Roa Pérez, Lebrún, De Guruceaga, Maradei y el sacerdote Jenaro Manuel Aguirre S.J. Mons. Luis E. Henriquez, estaba entre los ponentes de Medellín, «sin embargo, llama la atención, el escaso eco que en la documentación episcopal venezolana tuvo dicho acontecimiento».
Más, por otra parte, C. Maradei que también participó en Medellín, manifiesta en su obra Venezuela: su Iglesia y sus gobiernos, que el episcopado que participó, trajo a Venezuela reformas de manera especial en la liturgia, la nueva forma de inserción de la Iglesia en el mundo y la concientización de los cristianos en la misión profética y promoción humana hacia la justicia.
Al cumplirse en el 2008, 40 años de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín, los obispos venezolanos reflexionaron sobre sus contenidos, repercusiones y acogida en Venezuela.
Lo primero que dicen es que su acogida fue desigual; porque en algunos sectores se hizo una interpretación radical, generando considerables tensiones. Esto impidió que su repercusión en la vida pastoral tuviese éxito. Sin embargo, consideran que, en algunas áreas pastorales como la catequesis, la educación, la pastoral juvenil y la pastoral social, se asumió relativamente.
CONCLUSIÓN: Medellín es fundamental para comprender el sentido de la Teología de la Liberación, aun cuando no utiliza este título en ninguna parte del documento. La perspectiva de Medellín, estuvo enmarcada en la necesidad de transformar la sociedad Latinoamericana, asumiendo los desafíos que planteaba el CVII, lamentablemente en Venezuela no tuvo tanta repercusión como lo indican las fuentes citadas.
(13/22)
Continuará el próximo domingo…
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