El seminario es el “corazón del obispo” así lo reza el Proyecto Educativo del Seminario Diocesano Santo Tomás de Aquino, y así también lo ha expresado con palabras y acciones el VI Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, monseñor Lisandro Alirio Rivas Durán, quién desde el primer saludo luego de su nombramiento hasta los primeros actos de su llegada, ha manifestado el amor por la casa de formación de los sacerdotes y por quienes allí habitan.
Es oportuno destacar que el servicio pastoral de monseñor Lisandro Rivas siempre ha estado en relación con la formación de los sacerdotes, incluso antes de ser nombrado obispo prestaba su servicio como rector del Seminario San Pablo en Roma.
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Hay dos hechos importantes que valen la pena de destacar: luego de su arribo al aeropuerto Francisco Javier García en La Fría, prosiguió al día siguiente con el rezo de laudes (oración de la mañana) en la Casa de Formación Sacerdotal San Juan Pablo II, ubicada en el Santuario Diocesano del Santo Cristo de la Grita, donde se forma el Curso Introductorio del Seminario.
Luego de visitar la imagen sagrada del Santo Cristo de la Grita y peregrinar por los páramos del Zumbador y descender a Táriba la noche antes de su toma de posesión, pernoctó en el Seminario Diocesano. Son gestos que hablan, son gestos del pastor.
El día 14 de diciembre, día histórico para el Táchira, tomó posesión como VI Obispo. La caravana arrancó desde el Seminario Diocesano Santo Tomás de Aquino. Mons. Lisandro Rivas, acompañado por Mons. Mario Moronta y Mons. Juan Alberto Ayala, luego de rezar Laudes (oración de la mañana) junto a la comunidad del seminario mayor partieron hacia San Cristóbal y atravesando la ciudad capital llegaron hasta la Iglesia Madre de la Diócesis, la Santa Iglesia Catedral de San Cristóbal, donde concluyó este peregrinar cuando el V Obispo, Mons. Moronta entregó el báculo a su sucesor Mons. Lisandro Rivas, VI Obispo de San Cristóbal.
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Un dato curioso y emotivo es que el báculo que fue utilizado en esta ceremonia fue el mismo con que tomó posesión el I Obispo de la Iglesia Local de San Cristóbal, el Siervo de Dios Mons. Tomás Antonio Sanmiguel Díaz.
Nuestra gratitud se eleva al cielo, al buen Dios que provee de pastores a su pueblo. Nuestra gratitud al Santo Padre Francisco por designar a Mons. Lisandro Rivas como nuestro nuevo pastor, de quien sabemos la expresión “el Seminario es el corazón del Obispo” lejos de ser una simple frase, es una frase que se hace vida, vida nueva, vida en Cristo, tal como lo reza el lema episcopal de Mons. Lisandro: para que en él tenga vida.
Bienvenido excelencia, le saludamos con filial y obediente afecto.
Carlos Peña Seminarista