No vamos a la Santa Misa para ver bailar…; tales actos se pueden mostrar en un auditorio, en un teatro e incluso en el salón parroquial, pero nunca en la Santa Misa… Si se quiere hacer un baile cultural o con intesionalidad espiritual, ya sabemos dónde hacerlo, pero nunca en la Santa Misa.
Argumentar desde la Sagrada Escritura (y por lo general con sólo citas del Antiguo Testamento) para sostener la llamada 《danza «litúrgica», es hacer uso vulgar del protestantismo de corte norteamericano… ¿Dónde quedan los Padres de la Iglesia? ¿Dónde queda el Magisterio Eclesial?
En efecto, desde que existe el Rito Latino de la Santa Misa (desde hace unos 2000 años!!!), no se prevé ni se establece ningún tipo de danza o de manifestación de ella dentro de la celebración litúrgica… Los textos normativos al respecto establecen que la danza o cualquier otra manifestación de baile deben realizarse fuera de la Divina Liturgia y de los lugares destinados a ella…
Ahora en África, lo que la gente llama “danza” en rito etíope o en la forma zaireana de la liturgia romana, es simplemente una procesión con orden rítmico, algo que se ajusta muy bien a dicha cultura y ha formado parte por siglos de tal rito… pero meter eso de modo abusivo en el rito latino es una vulgar transculturación que, además de desconocer la Tradición y el Magisterio Eclesial, instrumentaliza la Sagrada Escritura para darle amorfa base a un capricho.
Además, dentro de la Instrucción General del Misal Romano no existe ninguna referencia a la introducción de la danza dentro de la liturgia.
Por lo tanto, el baile, así lo llamemos danza y le pongamos de modo abusivo el adjetivo de «litúrgica» no forma parte ni debe estar para nada en nuestras celebraciones litúrgicas…
Esto no va en detrimento del valor del baile nacional, ni de su valor estético y educativo e incluso de sana diversión, sino de lo impropio de introducirlo en la divina liturgia. Ni los templos han sido hechos para ser pista de baile… ni el baile fue creado para la Liturgia de la Nueva y Eterna Alianza, en efecto el baile no estaba ni en el Cenáculo ni muchos menos en el Gólgota…
Padre Edgar Sánchez
San Cristóbal – Venezuela