San Cirilo de Alejandría nació en Egipto aproximadamente entre los años 370 -380 y desde muy joven recibió estudios eclesiales y su vida entera la entregó al servicio de Dios. Sobrino de Teófilo, obispo que gobernó la diócesis de Alejandría en Egipto, tuvo una incidencia en él para forjarse como un servidor ecuánime de la Iglesia.
“En el año 403 estuvo en Constantinopla siguiendo a su tío, y allí participó en el «Sínodo del Roble», que determinó la deposición del obispo de la ciudad, Juan (más tarde llamado Crisóstomo). Fue celebrado como un triunfo de la Sede Alejandrina sobre la tradicionalmente rival Sede de Constantinopla, donde residía el emperador”.
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Con la muerte de su tío en el año 412, el joven, por sus atributos y capacidades fue nombrado obispo de la Iglesia de Alejandría, un cargo que ostentó durante 32 años bajo la premisa del servicio de la doctrina y la defensa de la verdad católica.
“Unos años más tarde, en 417 o 418, Cirilo buscó superar la ruptura de la comunión con Constantinopla, pero los contrastes terminológicos, teológicos y políticos se reavivaron en 428, cuando Nestorio, recién elegido como nuevo obispo de Constantinopla, prefirió dar a María el título de «Madre de Cristo» (Christotókos), en lugar de aquel otro -ya muy querido por la devoción popular- de «Madre de Dios» (Theotókos)”.
En su haber están los tratados doctrinales, cartas pastorales y homilías, su capacidad de oratoria lo erigió como un doctor de la iglesia. A su vez fue un continuador de orígenes y discípulo del San Atanasio lo que lo catalogó como custodio de la exactitud.
“Murió el 27 de junio del año 444. León XIII lo nombró doctor de la Iglesia en 1882. Pío XII le dedicó la encíclica Orientalis Ecclesiae en 1944. Es venerado tanto en Oriente como en Occidente”.
Oración
Oh San Cirilo de Alejandría,
Defensor incansable de la fe, Doctor de la Iglesia y campeón de la verdad, te rogamos por tu intercesión en este día.
Tú que con sabiduría y firmeza defendiste el dogma de la Madre de Dios, ruega por nosotros para que siempre mantengamos la fe pura y sin mancha.
Alumbra nuestras mentes con tu sabiduría, fortalece nuestra voluntad en la lucha contra el mal, y concédenos la gracia de vivir siempre conforme al Evangelio de Jesucristo.
Intercede por nosotros, San Cirilo, para que, siguiendo tu ejemplo, seamos fieles defensores de la fe y demos testimonio de Cristo en el mundo.
Ruega por la Iglesia, para que esté siempre unida en la verdad y en el amor, y para que todos los hombres lleguen al conocimiento del único Dios verdadero y de Jesucristo, su Hijo.
San Cirilo de Alejandría, ruega por nosotros.
Carlos A. Ramírez B.