Celebrar los cumpleaños es muy grato, sobre todo en familia, con los amigos. El don la vida lo tenemos para multiplicar el bien y para servir con generosidad a quienes nos rodean. Es el caso de la Diócesis de Margarita.
El próximo 18 de julio se cumplirán cincuenta años de su creación. El papa Pablo VI decidió organizar esta porción del pueblo de Dios que habita en el estado Nueva Esparta creando una nueva diócesis y dotándola de un obispo. Se impulsó así la organización institucional de la Iglesia para poder extender la evangelización de un modo más profundo y extenso. Jesucristo se ha conocido en todas partes.
En la presencia de Dios, agradezco los innumerables beneficios que Dios ha derramado sobre la Diócesis de Margarita. El recuerdo de los obispos, sacerdotes, religiosas, religiosos y de tantos fieles corrientes, comprometidos calladamente con su fe, nos lleva a la acción de gracias. También tantas iniciativas apostólicas que han dado muchos frutos de conversión en niños, jóvenes y adultos. Resplandece la entrega generosa y abnegada en favor de los más pobres y necesitados, del servicio hacia las comunidades pequeñas y dispersas, a los pescadores y sus rancherías. Quiero destacar a los obispos que me han precedido quienes han sido insignes pastores y siempre comprometidos con este pueblo insular, muy religioso, noble y trabajador. Ellos han llevado el mensaje de Jesucristo a todos los rincones de esta geografía.
En estos cincuenta años iniciativas muy diversas dotaron a Margarita y Coche de una infraestructura pastoral importante. Los bautizados hemos sido “seguidores de la fe”: seguimos a Jesucristo y queremos vivir teniendo los mismos sentimientos de Cristo, fruto de nuestro bautismo.
El próximo 18 de julio será una fecha muy importante. Recordaremos el regalo de la Iglesia al pueblo de Nueva Esparta de la creación de la diócesis de Margarita.
Mons. Fernando Castro
Obispo de Margarita