Con el propósito de elevar la fe en Dios y llevar un mensaje de esperanza a través de la música, este 15 de junio se llevará a cabo el festival Buscando Adoradores en Miami, Florida. Jonathan Zambrano, oriundo de San Cristóbal, estado Táchira –conocido artísticamente como Jhoey– logró clasificar rumbo hacia la gran final, al posicionarse por su trayectoria, perseverancia y sublimes melodías.
El evento, organizado por el Sello Discográfico Sky Music NY, cautiva corazones desde el 2010, con el debut de jóvenes seguidores de Jesús, que han subido al escenario para dar a conocer su testimonio de salvación. El pastor Ruddy Gracia está al frente de este galardón, efectuado –en ediciones anteriores- en la Iglesia Segadores de Vida, situada al sur de la localidad.
Como parte del jurado calificador, se ha confirmado la presencia de Robert Green, vocalista del grupo Barak –quien figura como patrocinador del evento- aparte del Grupo Grace y Lorens Salcedo, captadora de talentos. Entre los finalistas, se encuentran, además, Elizabet María, Daniela Lantigua, Frank Estrella, Alejandro G, Josué Palacios y Yefry Acevedo.
Buscando Adoradores 2024: Orgullo tachirense para el mundo
Proveniente de un hogar humilde, Jhoey lleva en alto la bandera de su país, en especial a la hora de representar su gentilicio. La influencia musical la tomó de su padre, desde temprana edad, cuando aprendió a ejecutar el cuatro. Su constancia y afán de superación, lo llevaron a convertirse hoy en día en un gran músico, productor, compositor, cantante y arreglista.
A los 7 años, inició su trayectoria artística, con audiciones para Salserín y Adolescentes. También participó en la agrupación Juventud Salsera y recuerda con nostalgia los tiempos de gaitas, donde la alegría y la unión familiar se veían por doquier. Por motivos ajenos a su voluntad, emigró hacia Estados Unidos, con su esposa y su hijo. Aunque no fue una decisión fácil, mantiene sus expectativas e intacta su fe.
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Su principal motivación para participar en Buscando Adoradores 2024, nace de su conexión con Dios, “me apasiona este arte, es el método que Él me otorgó para poder servirle cantando, haciendo también lo que más me gusta. Es honrarle, predicar su palabra a través de la música”.
De esta manera, destacó que ha sido una grandiosa oportunidad para proyectarse como vocalista, por lo cual se ha enfocado en asumir grandes retos en su día a día. “Es un honor compartir con celebridades en el ámbito cristiano, personas que son un emblema en la música cristiana y así, mostrar también el talento que Dios me ha dado”.
Mensaje de salvación
Para Jhoey, es esencial transmitir un mensaje de salvación. El alcance de su música, le ha permitido llegar a muchas personas que desconocen el evangelio, pero se identifican con sus palabras. En sus planes, está continuar con el Ministerio de Dios y así romper todo tipo de barreras sociales, “quiero lograr que todos se llenen de su presencia, a través de lo que Él puede hacer en mí”.
Una de las cosas que más le emociona, es poder hablarle directamente a su amada Venezuela, a su amado Táchira: “mi gente guerrera, que día a día sale y se esfuerza, quiero llevarles un mensaje positivo, Dios es misericordioso, proveedor, llena, desaparece toda ansiedad, provee, por sobre todas las cosas, él es fiel”.
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“Es momento de abrir el corazón al Señor para que actúe, restaure, renueve… Muy pronto estaremos celebrando uniones familiares, con abundancia, porque Dios ama a Venezuela, Dios ama a nuestra Nación”, expresó.
Trascendiendo fronteras
Vale acotar que, en los últimos años, la música cristiana ha experimentado un notable incremento en popularidad, trascendiendo las fronteras de las congregaciones religiosas, para ocupar un lugar destacado en las listas de éxitos y plataformas de streaming.
Artistas como Lauren Daigle, Hillsong United y Jesús Adrián Romero lograron captar la atención de una audiencia diversa, fusionando mensajes de fe con estilos contemporáneos como el pop, el rock y la música electrónica.
Esto no solo amplía el alcance del género, sino que también permite a las nuevas generaciones, conectar de manera más profunda con su espiritualidad. El auge se manifiesta en la organización exponencial de conciertos y festivales de música cristiana, que ahora atraen a miles de asistentes, quienes no se identifican necesariamente como creyentes.
De hecho, eventos como el «Festival de la Esperanza» y «Expolit» se han consolidado como plataformas esenciales para la difusión de nuevos talentos y la expansión del mensaje cristiano. Colaboraciones entre artistas cristianos y seculares, contribuyen a normalizar la presencia de esta música en el mainstream, desdibujando las barreras tradicionales entre lo sagrado y lo secular.