San Marcelino Champagnat, nació el 20 de mayo de 1789 en el pueblo francés de Le Rosey, una aldea de la comuna de Marlhes, y fue bautizado en dicha parroquia al día siguiente; en la época en que Francia sufría grandes cambios políticos y sociales a raíz de la Revolución Francesa. Jamás asistió a la escuela durante su niñez.
Hasta su entrada al seminario en 1805, Marcelino trabajó como pastor. La familia de Marcelino era numerosa.
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Forma con otros seminaristas un grupo cuyo proyecto es fundar una congregación que comprendiera sacerdotes, religiosas que llevaría el nombre de María, la «Sociedad de María», cuya finalidad sería recristianizar la sociedad civil.
Conmovido por la miseria cultural y espiritual de los niños de los pueblos, Marcelino siente la urgencia de crear dentro del grupo una congregación de Hermanos que dedicaran a la educación cristiana de la juventud. Decía con frecuencia: «No puedo ver a un niño sin sentir el deseo de decirle cuanto le ama Jesucristo».
Muere un 6 de junio de 1840, cuando los Hermanos estaban cantando la alabanza mariana de la Salve como inicio de la jornada, práctica que él había introducido como escudo contra todos los disturbios políticos y sociales que en la Francia convulsionada de su tiempo tuvieron él y los Hermanos que soportar.
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