En el pobre de Asís encuentran esa figura que contradice los valores que la sociedad del espectáculo impone como norma de aceptación. En el caso de Francisco, apunta León XIV, la vida fue un continuo despojarse: «del palacio al leproso, de la elocuencia al silencio, de la posesión al don total»
El Papa San Juan Pablo II ya lo advertía: “Es un problema complejo, ya que esta cultura nace, aun antes que los contenidos, del hecho mismo de que existen nuevos modos de comunicar con nuevos lenguajes, nuevas técnicas, nuevos comportamientos psicológicos” (Redemptoris Missio, n.37)
La Iglesia, nuestra madre, nos enseña que la comunidad de los fieles tiene el derecho inalienable a una celebración digna, sobre todo los domingos, el día del Señor
La eucaristía es el corazón de nuestra fe. El documento Redemptionis Sacramentum nos recuerda con claridad la santidad y la reverencia que debemos tener ante este misterio
Explicar esta extensión y relación que producen la Red, manifestada en la manera de pensar y actuar, puede ser debido a que el hombre, mediante la tecnología, busca interpretar al mundo, como podemos ver que ha sido en el cine y la fotografía, donde se busca dar una “perspectiva analógica a la realidad”
La santidad es algo concreto, algo que se vive, que se cultiva, que se desarrolla en el corazón de hombres y mujeres, deseosos de vivir en unión con Dios y al servicio de los hermanos
La palabra pobre ha sido empleada una y otra vez como una categoría de espíritu económico. Sin embargo, y esto es muy a título personal, yo la entiendo en un sentido mucho más amplio