La tentación se estimula por “resonancia afectiva” en los puntos personales en que cada uno es más sensible y que normalmente son desconocidos por la persona que es tentada
Cristo, así lo cuenta el Evangelio, en varias oportunidades se alejó [del mundo y sus palabras] para orar, para entrar en contacto con la fuente, con el origen, con el fundamento de todo, ya que, sospecho, solo la palabra salida del silencio es una palabra real y realmente dice algo