Durante la homilía, el mensaje central giró en torno a la figura de San Antonio de Padua, recordándolo como un "excelente predicador", no solo por sus palabras, sino por el inmenso impacto de sus actos y su ejemplo de vida
«No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben»
También los mártires Ignacio Choukrallah Maloyan, arzobispo católico armenio de Mardin, muerto durante el genocidio de 1915, y Pedro To Rot, laico y catequista, asesinado en 1945 por haber continuado su apostolado a pesar de la prohibición impuesta por los japoneses
“Cuentan que mientras oraba en su habitación se le apareció Jesús, le puso las manos al cuello y lo besó. Antonio recibió esta gracia extraordinaria por lo que mantuvo su alma limpia incluso del más mínimo pecado reconfortando su espíritu con el amor extraordinario a Jesús”
“La caridad no se detiene jamás”, insiste el cardenal, mientras comparte imágenes que muestran la realidad dolorosa de Ucrania, esa “tierra martirizada”
El Papa también aseguró sus oraciones por todos los implicados en las tareas de rescate y encomendó las almas de los fallecidos a la “misericordia del Todopoderoso”